El Ejecutivo italiano volvió hoy al trabajo tras una breve pausa vacacional con un Consejo de Ministros en el que definió la agenda de reformas económicas que llevará a cabo de aquí hasta el final de su mandato, en la próxima primavera.
Después de unos diez días de asueto, el primer ministro, Mario Monti, quien llegó al poder en noviembre tras la dimisión de Silvio Berlusconi, reunió en Roma a su gabinete para una maratoniana sesión de trabajo de nueve horas, centrada en la prioridad actual de su Ejecutivo, el crecimiento económico.
En el encuentro, los ministros han compartido con sus compañeros de gabinete las iniciativas que tienen previstas acometer en los próximos meses, dentro del habitual espíritu de colaboración, según indicaron varios de ellos a su término.
Entre los planes que tiene pendientes de aprobación Monti, según un comunicado del Gobierno, figura la llamada "agenda digital", sobre la que tanto interés ha mostrado el primer ministro en los últimos meses y a la que se prevé destinar entre 300 y 400 millones de euros provenientes de la redistribución de fondos regionales y europeos.
Italia pretende generalizar el uso de la banda ancha, así como dar formación a través de internet a los funcionarios, y la institución de un fondo único para apoyar a los emprendedores que desarrollen innovadores negocios, y se busca además fomentar la educación y la investigación para evitar la llamada "fuga de cerebros".
La agenda digital es uno de los puntos fuertes de las propuestas que ha preparado el ministro de Desarrollo Económico, el exbanquero Corrado Passera, quien además propone reorganizar la red de aeropuertos en Italia, iniciativas para atraer inversión extranjera, y la definición de un plan energético nacional.
Entre los planes del Gobierno figura además la prórroga de la suspensión del pago de impuestos hasta noviembre de los afectados por los terremotos de mayo, la exención del IVA para las nuevas obras en infraestructuras o una reducción en los impuestos que pagan las empresas por sus empleados, puntos estos dos últimos que quedan vinculados a la marcha de las cuentas públicas estos meses.
El primer ministro, que el próximo miércoles se reunirá en Berlín con la canciller alemana, Ángela Merkel, y el 4 de septiembre recibirá en Roma al presidente francés, François Hollande, pretende dejar sentadas las bases del futuro crecimiento económico de una Italia que ya terminó 2011 en recesión.
Pero ello sin olvidar el saneamiento de las cuentas públicas, en el que sobre todo se ha centrado el primer ministro hasta ahora, con un plan de ajuste de más de 30.000 millones de euros en diciembre y otro de recorte de gasto de unos 26.000 millones de euros en julio, con el que aplazó la subida del IVA.
Precisamente para evitar esa subida de dos puntos del IVA (del 10 al 12 % en el tipo reducido y del 21 al 23 % en el general) aprobada en su plan de ajuste de diciembre y que estaba prevista para este octubre y se ha aplazado ahora hasta julio de 2013, el Ejecutivo tecnócrata necesita otros 6.500 millones de euros que intentará buscar, entre otros modos, a través de la reordenación de las deducciones fiscales.
A todo ello se suma el plan que prepara el nuevo ministro de Economía, Vittorio Grilli (sucesor de Monti en el cargo desde el pasado julio), para reducir la deuda en 20 puntos porcentuales del PIB en los próximos cinco años (actualmente se sitúa por encima del 120 %), con ventas de activos públicos a razón de unos 15.000 millones o 20.000 millones de euros por año.
"Con Vittorio Grilli hemos encontrado siempre soluciones para inversiones y gastos que podían crear crecimiento. En ningún modo el objetivo del reforzamiento de las cuentas y el del crecimiento tienen que ser vistos como alternativos", comentó Passera a los periodistas a la salida de la reunión de este viernes.
Todas estas iniciativas tienen en cuenta la revisión a la baja de las previsiones económicas y financieras del Estado italiano, que se prevé que el Ejecutivo tecnócrata difundirá el próximo mes dentro de la actualización del Documento de Economía y Finanzas, cuya última publicación se remonta al pasado abril.
Según el diario económico "Il Sole 24 Ore", el Gobierno estima que la economía italiana, que de abril a junio registró su cuarto trimestre consecutivo en retroceso, se contraerá entre un 2 o un 2,5 % este año, frente al 1,2 % pronosticado en abril, y el déficit público será del 2 o del 2,2 %, en lugar del 1,7 % previsto antes.