El gobierno volvió a destacar ayer el rol de la comisión asesora presidencial para La Araucanía -también conocida como "mesa de diálogo"- creada por el Ejecutivo en julio para buscar solucionar los conflictos sociales y de violencia en la zona.
Esto, luego de que el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, manifestara en entrevista a La Tercera que la agrupación estaba "disponible para una tregua con el Estado", pero que mantienen su decisión de marginarse de la instancia de diálogo promovida por el Ejecutivo.
Las palabras de Llaitul generaron incomodidad al interior de La Moneda debido a sus cuestionamientos a la representatividad de la mesa de diálogo, en los que acusó un "escaso peso político de la instancia", además de "falta de garantías".
En este escenario, en el Ejecutivo no vieron con buenos ojos la opción de iniciar un diálogo paralelo con la coordinadora (Llaitul planteó una especie de Parlamento entre el Estado y el pueblo mapuche), destacando, en cambio, que la mesa de diálogo está compuesta por varios representantes de la zona.
Consultado por la propuesta de la CAM de establecer una "tregua", el ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz, afirmó: "En materia de La Araucanía nuestra iniciativa está puesta en marcha: es la comisión o la mesa de diálogo que hemos creado. Y esperamos que esa mesa nos ayude avanzar en los desafíos que tenemos en esa región".
"Como lo dijimos al constituirla (la comisión), no es un problema solo de la región de La Araucanía, es algo que nos desafía como país, por tanto las tareas las vamos a encarar con ese compromiso, con esa fórmula", agregó el portavoz de La Moneda.
En la misma línea, el intendente de La Araucanía, Andrés Jouannet, destacó que en la mesa de diálogo "estamos conversando en términos igualitarios, tenemos a monseñor Héctor Vargas como facilitador del diálogo y preferiría siempre mantener eso, porque ese es el espíritu de la mesa".
La máxima autoridad regional agregó que "aquí nadie es más importante. Esta es la mesa de La Araucanía y en esta región vamos a conversar con actores de La Araucanía y creo que aquí nadie es más importante que la región".
Diálogo sin capucha
El anuncio del líder de la CAM también generó molestia entre algunos parlamentarios de la zona. El senador Alberto Espina (RN) emplazó a Llaitul a dar una señal clara de rechazo a la violencia, antes de promover un diálogo.
"La voluntad de diálogo de Héctor Llaitul, manteniendo los hechos de violencia, deslegitiman su propósito de avanzar en la paz social de La Araucanía. Si él quiere de verdad la paz social, debe simultáneamente terminar con todo acto de violencia. De lo contrario, es simplemente una promesa para fortalecer la CAM", advirtió el parlamentario.
También desde RN, el diputado Germán Becker lo llamó a sumarse a la "institucionalidad vigente".
"Es extraño, porque si él quisiera avanzar debería participar en la comisión. Sería ideal que el señor Llaitul se sentara a la mesa sin capucha y dejara las armas, pero no sé si están disponibles", dijo el legislador.
En tanto, el senador Eugenio Tuma (PPD) valoró el llamado de la CAM y solicitó al Ejecutivo aceptar la propuesta: "El ejemplo de Colombia con las Farc debería hacernos meditar. La mesa de diálogo podría ir en paralelo con conversaciones con la CAM, por ejemplo".
A su juicio, "el gobierno está obligado a atender la solicitud de diálogo de la CAM y de todos los sectores".
Por su parte, el director de la Multigremial del Sur y presidente de la Asociación de Dueños de Camiones de Osorno, Patricio Wunderlich, advirtió que resulta "imposible un diálogo con entidades terroristas".
Edward Luchsinger, sobrino del asesinado matrimonio Luchsinger Mackay, dijo, en tanto, que Llaitul no está en condiciones de poner requisitos. "Lo primero que tienen que hacer en forma unilateral, sin condiciones, es dejar las armas en su casa, sacarse la capucha y actuar de forma civilizada", afirmó.