Para que una vivienda o un espacio público sea sustentable, deberá construirse con materiales que no estén a una distancia mayor a 500 kilómetros del punto de construcción, además, la mitad de éstos debe ser de origen nacional. Asimismo, las edificaciones deben asegurar en invierno que al menos el 90% de los recintos habitables reciban radiación directa, al menos una hora al día, y para economizar agua, sus entornos deberán privilegiar vegetación nativa.

Las anteriores son solo algunas de las recomendaciones que incluyen los nuevos estándares de construcción sustentable del gobierno, que serán presentados hoy, y que se agrupan en seis grandes temas: salud y bienestar, energía, agua, materiales y residuos, impacto ambiental, y entorno inmediato.

A través de estas normas se busca, entre otros objetivos, mitigar los impactos del sector construcción en la emisión de gases de efecto invernadero, así como disminuir las emisiones de material particulado fino de los sistemas de calefacción doméstico, que en las ciudades del centro sur del país tienen un peso de casi el 80% del total de emisiones.

"El objetivo es minimizarlas al máximo, lo que alcanzaremos mediante dos alternativas. Por un lado, reduciendo la demanda de energía, y por otro, fomentando el uso de sistemas y artefactos eficientes, de bajo consumo y baja o nula emisión. También promocionando la incorporación de sistemas de autoabastecimiento, como por ejemplo sistemas solares térmicos para calefacción de agua, o sistemas fotovoltaicos para la generación de electricidad", explica la ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball.

La secretaria de Estado agrega que en países como Alemania o Inglaterra también se han propuesto metas ambiciosas como reducir al máximo los requerimientos de calefacción (tendiendo a cero) de las nuevas viviendas, a pesar de tener un clima mucho más frío que el nuestro. En el caso de Chile, dice que el desafío son las personas que no cuentan con calefacción adecuada o no puede acceder a agua caliente, y las que están gastando mucho en energía.

"En estos casos lo que procuramos es ampliar el acceso a estos bienes, aumentando su nivel de vida sin aumentar su costo de vida. Por otro lado, una familia que vive en confort, pero tiene un gasto alto de energía por las ineficiencias del diseño de su sistema pudiese ver ahorros significativos, en promedio, superiores al 20%", plantea Saball.

Para orientar la construcción sustentable, las normas incluyen un mapa que divide al país en nueve zonas térmicas, que permite conocer la demanda de calefacción y enfriamiento en cada zona de Chile.

En una primera etapa los estándares son voluntarios para el sector público y privado, pero la ministra de Vivienda espera que en el corto plazo se transformen en obligatorios.