Luego de que la familia Luchsinger y algunos parlamentarios solicitaran que el gobierno dejara su postura como querellante en el caso de la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay, la ministra vocera, Paula Narváez, aclaró algunos de los cuestionamientos, asegurando que no hay contradicción en la postura del Ejecutivo.
"El gobierno sigue adelante, a través del ministerio del Interior, como parte querellante de este caso", dijo la secretaria de Estado, sosteniendo que es un caso que "nos parece de la máxima seriedad y gravedad".
En esta línea, Narváez agregó que el gobierno "está presente en la necesidad de que se aclarezcan los hechos y que se pueda hacer Justicia en este caso que nos parece grave".
De esta forma, la ministra fue clara en sostener que su labor como querellantes "no es contradictoria con la preocupación que se ha expresado respecto de la salud de la machi Francisca Linconao".
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