Siendo las 14.00 horas de ayer, los jerarcas de la Nueva Mayoría ingresaban al comedor del Ministerio del Interior en La Moneda, a entrevistarse con los representantes del comité político del gobierno.

La cita en Palacio, sin embargo, tuvo un tenso inicio. El titular de Interior, Rodrigo Peñailillo, abrió el encuentro entregando una notificación a los presidentes de partido del bloque de gobierno.

Según fuentes presentes en la reunión, el secretario de Estado expresó la molestia del Ejecutivo y de la Presidenta Bachelet, respecto a lo que califican en la casa de gobierno como un "pauteo" de los partidos oficialistas frente a un eventual cambio de gabinete. 

Junto a ello, Peñailillo ejemplificó el malestar de La Moneda con las formas en que las colectividades han deslizado la necesidad de ajustar el equipo ministerial. En este sentido, el secretario de Estado resaltó que dichas presiones son amplificadas por los medios de comunicación.

Así, el jefe de gabinete agregó que no correspondía que los dirigentes políticos evaluaran y opinaran sobre permanencias, enroques, ascensos y salidas en el plantel de gobierno mediante la prensa. Peñailillo, agregan las fuentes, rechazó que se presionara a la Mandataria y recordó una prerrogativa institucional: un cambio de gabinete es facultad excluyente de la Presidenta.

Hecha la advertencia, se instalaron unos segundos de silencio en el encuentro que, considerando la hora, también tuvo el formato de almuerzo de trabajo. Según señalan algunos presentes en la cita, ningún dirigente partidario replicó la amonestación realizada por Peñailillo.

Agosto: primera señal

La evaluación al equipo de gobierno es un problema instalado desde hace meses en las filas del oficialismo.

Ya a fines de agosto Bachelet convocaba a un consejo de gabinete para realizar una "evaluación de la gestión" del gobierno. Por esos días, los dirigentes de las colectividades comentaban en público la necesidad de ponderar, a casi un semestre de administración, la conducción del gobierno. Entonces, en el bloque apuntaban a una ejecución deficiente del presupuesto en algunas carteras.

La tensión por un ajuste en el gobierno se mantuvo hasta noviembre, mes donde el crítico diagnóstico reflotó. Desde la ejecución presupuestaria, las críticas se ampliaron a la conducción política de los ministros de La Moneda. "Peñailillo está solo", resumió en su minuto el jefe del socialismo, diputado Osvaldo Andrade, sobre el monopolio del ministro del Interior en la conducción política de La Moneda frente a la coalición de gobierno. Esto, tras las tensiones desatadas entre los partidos en la tramitación de la reforma educacional en la Cámara.

A fines del mes pasado, en una cita de comité político en Palacio, los ministros de La Moneda concordaron con los dirigentes un comité político ampliado para resolver sus diferencias, bajo condición de que no se hiciera evaluación del manejo de los secretarios de Estado. La petición fue rechazada por los dirigentes del bloque, quienes insistieron en afinar la conducción política de La Moneda. Mientras, los ministros solicitaban a los partidos evitar magnificar las diferencias del bloque por la tramitación de las reformas del Ejecutivo.

A este complejo escenario, suman dos fenómenos. Primero, las constantes críticas de históricos dirigentes de la ex Concertación como Edmundo Pérez-Yoma, Camilo Escalona y Gutenberg Martínez, a diversos aspectos del manejo político de Palacio. Y segundo, los magros resultados de respaldo popular a la Presidenta y el gobierno que registró la última encuesta CEP.