Un análisis que se inició hace más de cuatro décadas, al alero de la Empresa Nacional de Electricidad, cerró uno de sus capítulos ayer luego que el gobierno anunciara las alternativas escogidas para interconectar a los dos principales sistemas eléctricos del país: el Sistema Interconectado del Norte Grande (Sing), que abarca desde Arica al sur de Antofagasta, y el Sistema Interconectado Central (Sic), que va desde Taltal a Chiloé.
Se trata de un objetivo incoporado también en la Agenda de Energía que impulsa el Ejecutivo. En junio del año pasado, en el marco de la Cena de la Energía, la presidenta Michelle Bachelet anunció la meta de concretar la interconexión en 2017, un año antes de lo previsto originalmente.
Ayer el ministro de Energía, Máximo Pacheco, informó que tras una serie de análisis se concluyó que la mejor alternativa para interconectar los sistemas sería la línea de la Transmisora Eléctrica del Norte (TEN), desarrollada por E-CL, controlada por la franco-belga GDF Suez. Ese proyecto considera una línea de transmisión de doble circuito de 500 kV, con una inversión de US$ 700 millones, consistente en una línea de transmisión en corriente alterna con una extensión aproximada de 600 kilómetros. Esta línea interconectará unidades de generación desde las subestaciones Nueva Cardones, en las cercanías de Copiapó y Los Changos, situada en Mejillones (ver infografía).
La decisión del gobierno -prevista por la industria- incluyó eso sí dos anuncios adicionales que fueron más sorpresivos: también se recomendó la construcción de dos nuevas líneas en corriente alterna.
La primera de ellas tendrá una extensión de 3 kilómetros e irá desde la subestación Los Changos hasta la subestación Kapatur, también ubicada en las cercanías de Mejillones. La segunda, de 140 km, irá desde Los Changos a la subestación Nueva Crucero Encuentro (cercana a Tocopilla).
Ambas considerarían una inversión en torno a los US$ 200 millones, según el análisis de expertos.
Pacheco indicó que estas iniciativas serán licitadas en un proceso que se desarrollará este año y destacó que la concreción de la interconexión implicará beneficios al país del orden de los US$ 1.100 millones en valor presente, dada la disminución de los costos del sistema eléctrico, una proyección de reducción de precios asociados a una mayor competencia y una baja en los riesgos de mercado.
"La interconexión beneficiará a consumidores en hogares y empresas. Se prevé una baja en clientes regulados (hogares) del Norte Grande de US$ 13 por MW/h y de US$ 3 MW/h en la zona centro-sur. En el caso de los clientes libres (industrias), podemos estimar una baja de US$ 17 MW/h en el norte grande y de US$ 9 MW/h en la zona centro sur a mediano plazo", indicó el titular de la cartera.
ALGUNAS MODIFICACIONES
El proyecto que desarrolla E-CL correspondía hasta ahora a una iniciativa privada, lo que implica que su uso operaba al igual que las carreteras privadas del país.
Sin embargo, el ministro Pacheco señaló que la línea será declarada troncal, es decir de uso público, podrán conectarse a ella quienes lo requieran y su operación será pagada en un 80% por las generadoras.
Desde E-CL informaron que para que la línea pueda considerarse troncal, se adaptará el proyecto en construcción según la base de diseño requerido por un sistema troncal de 500 kV. Así, la capacidad de transporte pasaría desde 750 MVA a 1.500 MVA.
La decisión del gobierno implica además vincular el funcionamiento de los Centros de Despacho Económico de Carga (CDEC) de ambos sistemas, cuya función es coordinan la operación de las instalaciones del sistema eléctrico.
Francisco Aguirre, de Electroconsultores, dijo que el apoyo a la línea de E-CL es una buena opción, considerando que la iniciativa tiene trámites adelantados. Asimismo, vaticinó una redistribución entre las empresas, ya que las que actualmente operan sólo en la zona centro sur, como Colbún, se interesarán por llegar al norte y viceversa.
Desde Transelec, comentaron que este proyecto ayudará a mejorar la competitividad y la seguridad energética.
La interconexión se había planteado a inicios del 2000, pero la idea fue desechada por la crisis del gas.