Tras la sorpresiva salida del que fuera hombre fuerte del gabinete de Ollanta Humala, Salomón Lerner, y la designación del ex militar y hasta ahora titular de Interior, Oscar Valdés, el gobierno peruano descartó que exista un crisis interna y ratificó la "hoja de ruta" que diseñó el mandatario cuando asumió el poder hace menos de cinco meses.

"No hay ninguna crisis, se está haciendo un reajuste, como siempre suele hacerse", aseguró Valdés quien agradeció anoche la confianza de Humala y elogió a Lerner por "su excelente trabajo, su comprensión y su confianza de que todo esto va a seguir caminando bien", según señala la agencia Efe.

Aademás, para graficar que la política del gobierno "sigue en pie", adelantó que se mantienen en sus puestos el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, y a la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Carolina Trivelli.

El ambiente en Perú ha estado sensible en las últimas semanas por fuertes protestas sociales contra el sector minero -uno de los pilares de la economía local- y que generaron la suspensión del proyecto de oro de 4.800 millones de dólares de la estadounidense Newmont Mining.   

El conflicto se apaciguó luego de que el Presidente Humala decretara el estado de emergencia en la región de Cajamarca, dando poder a los militares a que apoyen la labor de los policías para imponer el orden público en la zona.   
   
¿LINEA DURA?   
El designado primer ministro fue instructor del arma de artillería cuando Humala también era militar y había ido ganando la confianza del presidente, según medios locales. Fue Valdés quien recomendó a Humala tomar medidas duras para aplacar la protesta social en Cajamarca, que había derivado en el cierre de un aeropuerto, bloqueos de carreteras y problemas de abastecimiento de alimentos en la zona.     

Analistas temen que Valdés podría implicar el endurecimiento del gobierno de Humala, quien durante la campaña electoral se apartó políticamente de la izquierda radical de Latinoamérica, encabezada por el presidente venezolano, Hugo Chávez, consigna la agencia Reuters.   

En ese camino se acercó a ideas moderadas como las del ahora ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. "El presidente (Humala) se ha convertido hoy día en un caudillo y eso es malo", dijo el periodista y analista político César Hildebrandt. "Eso es la confirmación del endurecimiento del gobierno y que Humala está optando por el camino más difícil, que es de imponer las cosas", agregó.     

Pero el nuevo premier peruano no ve "izquierda ni derecha (en el gobierno), yo lo que veo que acá ha habido un gabinete que de alguna manera el presidente está haciendo un reajuste".     

Humala, que ganó las elecciones luego de moderar un discurso antimercado, asumió la presidencia a fines de julio con la promesa de implementar un ambicioso programa de apoyo social, el cual será financiado en parte de los ingresos que genera la explotación de recursos naturales.   

En medio de la conmoción social, Humala tuvo que suspender viajes a Venezuela y México hace una semana y más recientemente a Argentina, argumentando motivos de política interna.   

Para el analista político y profesor de la local Universidad Católica, Oscar Vidarte, el ingreso de Valdés podría dar un tinte "militaroide" al gabinete de Humala, pero no peligraría el eje matriz del gobierno respecto a la política económica.   

"Valdés ha demostrado que no es un mal ministro, ha demostrado que en una cartera tan caliente la ha sabido manejar, es un ministro muy racional, un ministro que claramente tiene una planificación de estar viendo a futuro", afirmó.   

MINISTRO DE MINAS INCIERTO   
Analistas habían anticipado la permanencia de Castilla, quien ha puesto en marcha una plan de estímulo económico en Perú para encarar los efectos de una crisis financiera internacional.   

Pero uno de los funcionarios importantes cuyo destino es incierto es el ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera, quien ha estado en el ojo de la tormenta por los conflictos antimineros que han preocupado a los empresarios del sector.   

La inesperada renuncia generó incertidumbre en la oposición, que la calificó como prematura y preocupante por la alineación de la economía con la política de inclusión social de Humala.   

"Fue Lerner quien había dado confianza a los inversionistas. Lo importante ahora es saber quiénes conformarán el nuevo gabinete", dijo el legislador opositor Carlos Bruce.   

La economía de Perú ha crecido a una tasa promedio de casi un 6% anual en la última década, pero la pobreza aún alcanza a un tercio de la población del país, rico en recursos naturales pero lleno de conflictos sociales debido a que muchos reclaman mejor distribución del auge económico.   

Humala ha prometido aplacar los más de 200 conflictos principalmente contra la explotación de recursos naturales.