El gobierno peruano se comprometió hoy oficialmente a derogar dos decretos resistidos por los indígenas en el Amazonas peruano.
El compromiso del gobierno quedó estampado en un acta redactada por el presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, con líderes indígenas de la selva central que tienen tomada una carretera en solidaridad con los nativos de la Amazonía.
El ministro del Ambiente, Antonio Brack Egg, participante en la reunión, señaló que el gobierno cedió para concretar la paz. "Estamos satisfechos", resumió.
El gobierno, en ese marco, presentará mañana ante el Congreso sendos proyectos de ley que derogan los dos decretos, referido uno a la Ley Forestal y el otro al régimen jurídico de las tierras. Aunque los nativos se oponen también a otros decretos, que serán revisados en el curso de los diálogos, esos eran los fundamentales.
El acuerdo allana el camino para que el gobierno dialogue con los apus (jefes) y se llegue a acuerdos consensuados sobre lo que se debe hacer en el Amazonas peruano.
Aunque los apus de la Amazonía profunda aún no se pronuncian, los de la selva central ya expresaron satisfacción. "Nunca alguien del gobierno me había llamado 'hermana'", dijo complacida sobre Simon la principal dirigente de los nativos en la zona, Lidia Rengifo.
El acuerdo fue logrado en la localidad San Ramón, departamento Junín, hasta donde llegaron Simon y Brack Egg para conversar con los nativos que tomaron la carretera desde la semana pasada.
El acta firmada no implica el definitivo levantamiento de la vía tomada, pero sí indica que se permitirá el paso de vehículos durante cuatro horas diarias hasta que se resuelva definitivamente el problema.
La huelga iniciada por los indígenas de la Amazonía hace 67 días tuvo su peor punto el 5 de junio, cuando en las afueras de la ciudad de Bagua se desataron hechos de violencia que dejaron 24 policías y al menos diez civiles muertos.
Los hechos de sangre aumentaron la solidaridad de gran parte del Perú con la causa indígena. Lo más fuerte en ese sentido fue lo de la selva central, donde la presencia de los nativos en las carreteras amenazaba con paralizar a buena parte del país.