Bajo la mayor discreción estuvo trabajando durante los últimos cuatro meses en el sur de Chile el ingeniero español Javier Manterola Armisén, quien es considerado un gurú mundial en construcción de puentes y que, a pedido del ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, acaba de entregar a esa cartera una propuesta que servirá como base para reactivar un viejo anhelo de la ingeniería chilena: erigir un puente de gran envergadura que permita unir la Isla Grande de Chiloé con el resto del continente.
La millonaria iniciativa -que había sido desechada por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en agosto de 2006, debido a que el consorcio multinacional a cargo de la concesión avaluó en casi US$ 1.000 millones su construcción- será reactivada gracias a que los expertos imprimieron al menos dos modificaciones al diseño original, las que podrían significar un ahorro de aproximadamente 20% del valor inicial de construcción.
El cálculo indica que el ahorro estimado se podría lograr al cambiar un tipo de puente (colgante), cuyo peso se sustenta proporcionalmente sobre un gran cable de acero, mientras que el nuevo diseño (atirantado) se basa en un sistema de cables de menor envergadura que penden de los pilares. Si bien el nuevo diseño requiere la construcción de pilares mucho más altos (260 metros), el ahorro se produciría en la cantidad de toneladas de acero necesarias para su construcción.
Mayor tecnología
Según confirmó ayer el ministro de OO.PP., Sergio Bitar, la propuesta ya ingresó al sistema de evaluación técnica y económica de la Unidad de Concesiones de la cartera. "Junto con el avance de las obras del plan Chiloé que ha impulsado la Presidenta Bachelet, el ministerio ha solicitado apoyo de expertos españoles, que han visitado y revisado el proyecto existente y han propuesto una nueva tecnología, que podría llevar a un proyecto 20% más barato. Se trata del denominado puente atirantado".
"Esta nueva tecnología haría viable un puente de esta naturaleza en unos dos a tres años, con la experiencia que se está acumulando en Europa y en China", añadió Bitar.
De paso, este nuevo escenario plantea preguntas respecto de la concesión de transbordadores que la cartera está impulsando en la zona. "El cálculo indica que una estructura de esta naturaleza tomaría entre tres y cuatro años en construirse y, si se pone en ejecución en 2013, estaría terminada alrededor de 2018, quedando muy poco para el término de la concesión de ferrys. Dejaremos todo preparado para el próximo gobierno", explica Bitar.
Con el proyecto anterior, las obras del puente comenzarían después de 2020
Según el informe entregado por Manterola, "nuestra hipótesis inicial es que el puente atirantado es del orden de un 20% más barato que el colgante, es más rígido y responde mejor al viento" (ver infografía). Del análisis también se desprende que "el cable de cuelgue de un puente colgante es la unidad de mayor costo de la estructura, mucho mayor que en un puente atirantado".