En el marco del cumpleaños número 80 del ex presidente soviético Mijail Gorbachov, el gobierno le concedió la Orden de San Andrés, la máxima que entrega el Estado ruso, según informó el Kremlin.
El propio Presidente Dmitri Medvedev comunicó personalmente al primer y último mandatario de la Unión Soviética que había firmado el respectivo decreto en una reunión que mantuvieron hoy en Gorki, residencia campestre del jefe del Estado ruso.
"He firmado el decreto por el que a usted se le condecora con nuestra máxima orden, la Orden de San Andrés", dijo Medvedev al ex mandatario, según las agencias rusas.
Agregó que la distinción es una "valoración adecuada" a la labor de Gorbachov al frente de la Unión Soviética y también un "símbolo de respeto al Estado que encabezó". Medvedev recordó que a Gorbachov le tocó dirigir el país en un "período muy complejo, dramático". Añadió que gobernar un país es un "trabajo enorme", que la gente puede "valorar de distintas maneras". "Y eso usted lo sabe perfectamente", dijo Medvedev a su antecesor en el Kremlin.
Al felicitar a Gorbachov, el presidente ruso señaló que la imposición de la orden tendrá lugar más tarde, "en el Kremlin, tal y como corresponde".
CRITICAS
En todo caso el premio Nobel de la Paz criticó la política interna de su país. Bajo la presidencia de Medvedev y el jefe de gobierno, Vladimir Putin, se observa "un ataque a las libertades y derechos de las personas", dijo citado por Interfax.
Gorbachov, que posibilitó en 1989 la caída del Muro de Berlín y el fin a la guerra fría, celebró hoy una fiesta en la que sólo había bebidas no alcohólicas, fiel a su estrictas convicciones contra el alcohol.
El político es controvertido pues mientras en Occidente se celebra su política de "Perestroika y Glasnost" (reforma y transparencia) que cambió el mundo, en su país es considerado la persona que enterró la Unión Soviética.
Mientras para el politólogo Viacheslav Nikonov "abrió las puertas de la libertad", para el jefe de los comunistas, Guennadi Ziuganov, Gorbachov fue un "traidor" y "destructor" que con sus graves errores políticos tuvo la culpa del desmantelamiento de la Unión Soviética.
Para el profesor universitario Nikonov, sin embargo, su mayor error político fue su insistencia en mantener la planificación económica comunista.