El gobierno de Vladimir Putin condenó la nueva matanza perpetrada en Siria y que costó la vida a decenas de civiles en la provincia de Hama y exigió un "severo castigo" a sus responsables y ejecutores.
"Condenamos de la manera más firme los actos bárbaros de violencia en la región de Hama. Sus responsables y ejecutores deben ser llevados ante los tribunales y ser severamente castigados", indicó el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Alexandr Lukashevich, citado por agencias rusas.
El diplomático reiteró la posición rusa acerca de los esfuerzos que debe hacer la comunidad internacional para llevar a buen puerto el plan de paz del enviado especial de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan.
"No cabe duda de que algunas fuerzas recurren a las más atroces y infames provocaciones para sabotear el plan de Kofi Annan. Estoy seguro de que en las circunstancias actuales la respuesta debe ser la consolidación de los esfuerzos de la comunidad internacional para apoyar la misión del enviado especial de la ONU", dijo Lukashevich.
El vocero de Exteriores volvió a hacer un llamamiento al gobierno y a la oposición sirios para que cumplan estrictamente todos los puntos del plan de paz.
"Es necesario que los actores exteriores que participan en la solución del conflicto sirio utilicen todos los canales a su disposición para presionar a los grupos armados de la oposición siria, cuya actividad de los últimos tiempos y llamados a la intervención exterior son contrarios al mencionado plan", aseveró.
Moscú cree que estos esfuerzos "ayudarán a no permitir la repetición de las tragedias de Houla y Hama".
Grupos opositores sirios denunciaron hoy que varias decenas de personas fallecieron en una aldea de Hama, en una nueva masacre que los opositores atribuyeron a las fuerzas del régimen sirio de Bashar Assad.