Las lluvias torrenciales que golpean a Tailandia desde mediados de julio ya han provocado inundaciones en varias zonas de la capital Bangkok, que tiene 12 millones de habitantes y las autoridades temen que la masa de agua llegue al centro de la capital.
La primera ministra, Yingluck Shinawatra, dijo que en la ciudad, situada en la desembocadura del río Chao Phraya, el nivel del agua alcanzará un máximo de 1,5 metros en diversas áreas, incluida en la que se aloja el principal distrito financiero y comercial de esta enorme metrópoli salpicada de grandes rascacielos.
"Toda Bangkok se va a inundar, más o menos. La realidad es que el tiempo del que disponíamos para intentar evitarlo se agotó" indicó a su vez, el director del centro de operaciones encargado de proteger la capital de la masa de agua, general Pracha Prommok.
El temor es que los diques de contención están siendo sobrepasados en algunos lugares y podría generar una alarma mayor. "Después de examinar la situación, creemos que podemos vernos en el peor de los escenarios debido a la ruptura de los diques y a un flujo de agua mayor del que esperamos", agregó Shinawatra.
En los próximos dos o tres días, partes de Bangkok serán inundadas por el agua de color marrón mezclada con basura, que baja desde las 28 provincias anegadas de forma imparable en dirección al golfo de Tailandia donde para mayor mal, la marea alta que se espera frenará su curso hacia el mar, según predicen los expertos.
Este desastre, que ya ha dejado 377 muertos y obligado a más de 113 mil personas a refugiarse en improvisados centros de acogida, comenzó a finales de julio con el desbordamiento de ríos y pantanos del norte y la región central, a causa de las copiosas lluvias del monzón y de tres tormentas tropicales seguidas. El número de personas damnificadas por las inundaciones, supera los 2,5 millones y al menos 700 mil han recibido atención médica a causa de infecciones y otras enfermedades contraídas por contacto o consumo de agua contaminada.
En la meseta central, considerada la más fértil de Tailandia, las inundaciones han convertido muchos cientos de aldeas agrícolas en una especie de islas en las que sus pobladores viven ahora una existencia acuática y recurren a la pesca para poder comer.
AYUDA
Unas 14 mil empresas, incluidas unas nueve mil fábricas se han visto obligadas a cerrar por el impacto de las inundaciones. En las zonas inundadas de Tailandia, los equipos de emergencia y las tropas distribuyen alimentos y artículos de primera necesidad a bordo de barcas o la arrojan desde helicópteros, mientras que en muchos monasterios budistas los monjes cobijan a damnificados y en casos hasta a cientos de animales domésticos perdidos o abandonados.
Entretanto, en Ayuthaya, provincia próxima a Bangkok, prosigue la cacería del centenar de cocodrilos que escaparon de varias granjas dedicadas a su cría y por los que se ha ofrecido una recompensa por cada ejemplar capturado, vivo o muerto.