En medio de aplausos cerrados, la Presidenta Michelle Bachelet hizo ingreso este lunes a la Catedral Metropolitana para participar del último Tedeum ecuménico antes de dejar su cargo en marzo del 2018.
Previo a esta ceremonia, que comenzó pasadas las 11.00 horas, aún estaba latente lo ocurrido hace una semana cuando la Jefa de Estado fue insultada en la catedral evangélica, acto que fue condenado por la mayoría de los sectores políticos. Sin embargo, apenas pisó el templo católico -junto al arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati-, Bachelet recibió muestras de apoyo en una de las tantas ceremonias en las que participó este lunes por los republicanos festejos de Fiestas Patrias.
Pese a que la Iglesia en la homilía cuestionó algunas iniciativas de La Moneda en la agenda valórica, el gobierno valoró el "tono" en que Ezzati instaló sus posturas, distanciándose con lo vivido en el Tedeum evangélico.
Al igual que durante la tramitación del proyecto de aborto en tres causales, la Iglesia Católica reiteró su posición ante la emblemática iniciativa de Bachelet que hoy ya es ley. Con "voz clara y humilde a la vez", sostuvo Ezzati en su homilía, "reiteramos que es tan grande el valor de una vida humana, y es tan inalienable el derecho a la vida del niño inocente que crece en el seno de su madre, que de ningún modo se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la posibilidad de tomar decisiones con respecto a esa vida, que es un fin en sí misma y que nunca puede ser objeto de dominio de otro ser humano".
El cardenal enfatizó que, respetuosos de la legislación del Estado, se hacía un llamado a los católicos a "redoblar nuestro esfuerzo para seguir acompañando a las mujeres que viven situaciones límite en su embarazo".
Durante la intervención, Ezzati -sin abordarlo directamente- apuntó a otro emblema de la agenda valórica del Ejecutivo, el matrimonio igualitario. "La Iglesia enseña que los hijos son el don más excelente del matrimonio y los esposos, varón y mujer, al transmitir la vida humana, tienen una participación especial en la propia obra creadora de Dios", enfatizó.
En la homilía, además, Ezzati hizo un llamado a que en pleno proceso eleccionario se logre valorar el rol de la política y superar la tentación del descrédito, desconfianza y de lo que él llamó "polarizaciones estériles". Pidió a los candidatos "responder a las demandas con verdades" y hacer reformas "que permitan derrotar el cáncer de la corrupción".
El líder de la Iglesia Católica de Santiago hizo un llamado a acoger a los inmigrantes, reclamó por "pensiones dignas" para la tercera edad y recordó la deuda con los niños en cuanto a abandono y educación de calidad.
Para finalizar, Ezzati dejó un tema que le preocupa a la Iglesia Católica y sostuvo que era urgente "superar la tentación de un laicismo agresivo, que pretende marginar la fe del pueblo de la esfera pública y que, arrogantemente, busca negarle la justa visibilidad propia de una respetuosa libertad cultural".
A la salida, la vocera de Gobierno, Paula Narváez, expresó que "valoramos de manera muy profunda las palabras de monseñor Ezzati, que ha hecho un llamado a terminar con las discriminaciones, con las desigualdades sociales, algo que es tremendamente coherente con lo que ha sido el gobierno de la Presidenta Bachelet", y destacó el clima de respeto de "esta oración por Chile".