Ayer en la mañana, la Cancillería chilena remitió al gobierno boliviano una nota en la que informaba a las autoridades paceñas la decisión de prohibirle el ingreso al norte de nuestro país al ministro de Defensa del Presidente Evo Morales, Reymi Ferreira, quien solicitó una visa diplomática para visitar a sus compatriotas detenidos el 19 de marzo y que se encuentran en el penal de Alto Hospicio.
El requerimiento era un requisito para su llegada a Chile, luego que La Moneda decidiera comenzar a exigir ese trámite tras la controvertida visita del entonces canciller David Choquehuanca a Antofagasta. Además, en el Ministerio de RR.EE. explican que Ferreira tampoco podrá ingresar como ciudadano con su cédula de identidad.
La decisión fue informada poco después a través de un comunicado, en el que se señala que "se fundamenta en que ya se encuentran en el país prestando la debida asistencia consular a los ciudadanos bolivianos detenidos tanto la viceministra de Gestión Institucional y Asuntos Consulares, embajadora Carmen Almendras, como el cónsul general de Bolivia en Arica, Elmer Catarina", junto con explicarse que "a ellos se sumará la señora Liliana Guzmán, directora general de Derechos Humanos e Interculturalidad de las FF.AA. bolivianas, con el mismo propósito". Y se agrega: "Los términos destemplados a los que ha recurrido el ministro de Defensa para referirse a Chile, sus alusiones injuriosas al gobierno y a la persona de S.E. la Presidenta de la República, así como su llamado a un boicot de los productos chilenos, claramente desaconsejan su presencia en nuestro país. En casos justificados, se ha otorgado el visado correspondiente para altas autoridades bolivianas, como fue la concedida recientemente al ministro de Economía, Luis Arce, quien participó en una reunión de carácter internacional en Santiago".
El episodio terminó escalando la tensión entre ambos países, reflotada en los últimos días en medio de la presentación de la réplica paceña por el juicio en La Haya y en la antesala de que hoy el agente chileno ante el tribunal, Claudio Grossman, se reúna en París con los abogados internacionales de nuestro país para revisar ese escrito y avanzar en la dúplica que se debe ingresar a más tardar el 21 de septiembre. Así, tanto Morales como Ferreira compararon en las últimas horas al gobierno chileno con la dictadura de Augusto Pinochet, algo que desde Palacio Quemado han hecho en numerosas oportunidades.
En este contexto, la tensión y las declaraciones de las autoridades bolivianas han generado críticas internas en ese país, incluyendo a académicos, pero también a parte del propio equipo jurídico que asesora a La Paz para el litigio con el que se busca obligar una negociación para un acceso soberano al océano Pacífico. Este elemento es visto con atención por la Cancillería chilena.
El fin de semana, el abogado español Antonio Remiro Brotons -uno de los principales juristas del equipo boliviano y considerado como el ideólogo de la demanda contra Chile- pidió que las autoridades del gobierno de Morales bajen el tono de su actitud con nuestro país. "Debemos ser autocríticos. No basta con decir que las autoridades chilenas o los personajes influyentes en la opinión chilena son malos y nosotros somos todos 'peritas en dulce'. No. Tenemos que ser conscientes de que cada vez que, incluso a veces ejerciendo un derecho, lo exponemos de una forma demasiado desapacible, estamos alimentando, justamente, un sentimiento de animadversión y estamos creando en el contrario la idea de 'tengo razón al ser tan intransigente'. Por tanto, aunque sea un esfuerzo difícil, creo que es importante que nos ganemos a la opinión pública chilena", dijo en el programa de televisión Todo a Pulmón, de Cadena A. Esto, junto con apuntar a que si La Haya falla a favor de Bolivia, ambos países deberán encontrarse en un proceso de negociación "de buena fe".
En medio de este escenario, Ferreira dijo ayer que "respetamos a la Presidenta, como lo hace la tradición democrática, (pero) lamentablemente el entorno 'pinochetista' que la rodea le está haciendo profundo daño; es por eso que, quizás, su gobierno tenga apenas 20% de apoyo en la opinión pública chilena". Y agregó: "Diferenciamos al hermano pueblo de Chile del gobierno que dirige el país".
Poco después, el canciller Heraldo Muñoz dijo desde Suiza que "él es responsable de que estos bolivianos, incluyendo los militares, hayan incursionado en nuestro territorio, así que el ministro Ferreiro no pisa suelo chileno", junto con señalar que "si se disculpa formalmente, estamos dispuestos a reconsiderar su ingreso". Sus dichos fueron respondidos con dureza por Ferreira, quien comentó que no viajaría finalmente a Chile. "Que le vaya a pedir disculpas a su abuela", remató.