Argentina permanece en estado de shock tras el arresto del ex viceministro kirchnerista, José López, cuando intentaba ocultar cerca de US$ 9 millones en un convento de monjas de la periferia oeste de Buenos Aires. Sin embargo, el gobierno y la oposición buscan aprovechar el caso para fortalecer sus posiciones, mientras el kirchnerismo parece ir debilitándose.
El sábado, representantes de casi todos los sectores políticos, con excepción de la izquierda y el kirchnerismo más duro, firmaron un acta de compromiso donde destacan la lucha contra el narcotráfico, la pobreza y la corrupción. El acuerdo fue impulsado por la Iglesia argentina y se concretó en el marco del XI Congreso Eucarístico Nacional, en Tucumán, donde hace 200 años se firmó la independencia.
El pacto considera 10 puntos: la lucha contra la pobreza, combate contra el narcotráfico, prevención de las adicciones, impulso a la educación, acceso universal a la salud y al agua potable, generación de empleos, erradicación de la trata de personas, cuidado del medioambiente, promover la cultura del encuentro y la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Entre quienes participaron de la firma del acuerdo, que se realizó en la Casa Histórica de Tucumán, en el mismo salón donde se juró la Independencia de Argentina, figuran la Vicepresidenta, Gabriela Michetti, el ex candidato presidencial y actual diputado Sergio Massa, el presidente del Partido Justicialista (PJ), José Luis Gioja, el titular del Plan Belgrano, José Cano, Silvia Elías de Pérez (UCR), Fernando "Pino" Solanas (Proyecto Sur) y Liliana Negre de Alonso (Peronismo Federal).
Y aunque tienen valoraciones distintas del documento, tanto el gobierno como la oposición no kirchnerista aseguran que lo usarán para avanzar con sus iniciativas. Según fuentes del gobierno citadas por el diario Clarín, "esto tenía que ver con el llamado de la Iglesia y con acordar en valores y en un futuro del país". Sin embargo, también es una oportunidad para enviar señales de distensión en la relación entre el Papa Francisco y Mauricio Macri. Según Michetti, "lo que tenemos que hacer es ir sacando ruidos en la relación, tranquilamente y con serenidad". La Vicepresidenta también dijo que "no tenemos posibilidad de que nuestro país se encamine en la senda del progreso mientras existan los (Lázaro) Baéz, los (José) López, los (Ricardo) Jaime", en referencia a los últimos casos de corrupción que involucraron a funcionarios K.
En este aspecto, el gobierno también tiene un propósito inmediato, que es aprovechar el escenario político favorable que se abre con el escándalo del caso López para desarticular las esferas de influencia del kirchnerismo y fortalecer la relación con los gobernadores del PJ, negociar directamente con los distintos bloques peronistas y promover reformas judiciales para combatir la corrupción.
Altas fuentes de la Casa Rosada, citadas por el diario transandino La Nación, apuntaron a que una de las metas principales es "comenzar a debatir en la Cámara de Diputados la reforma del Ministerio Público Fiscal. El plan es quitarle margen de acción a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, identificada con el kirchnerismo".
La estrategia del gobierno busca privilegiar a los gobernadores ligados al kirchnerista Frente para la Victoria (FPV) y negociar con ellos sin que interfieran las directrices de Cristina Fernández o La Cámpora. Sin embargo, el periódico argentino cita a una fuente cercana a Macri que sostiene que "está bien debilitar al kirchnerismo, pero tampoco queremos que Cristina desaparezca porque nos mantiene la división del PJ en varios bloques".