Poco importó que el calor atacara con fuerza al Parque O'Higgins, porque con temas como Inmigrant punk, It's not a crime y Wanderlast King, la banda Gogol Bordello consiguió que la elipse del lugar se convirtiera en una fiesta.

La manera de lograrlo fue a través de la enérgica presentación de la banda liderada por Eugene Hutz, que llegó a Chile por segunda vez para hacer bailar, saltar y cantar con su gipsy punk, estilo del que el grupo formado en Nueva York es un emblema.

Además del carismático Hutz -quien estuvo gran parte del set con una botella de vino tinto a mano-, el colorido grupo debe parte de su encanto a su violinista Sergey Ryabtsev y también a su MC y percusionista, el ecuatoriano Pedro Erazo. Él fue el encargado de dedicar el tema Comin' rougher a Daniel Zamudio antes de gritar "¡Vamos, Chile, no más racismo no mas xenofobia!".

Luego fue el turno de temas como My companjera, la frenética Break the spell, When universes collide y Start wearing purple, una de las canciones que les ayudó a hacerse un nombre en Estados Unidos y Europa a mediados de la década pasada.

El final del enérgico set llegó con When the trickster starts a-poking, un bis pedido por el público que gritaba "Olé, olé, olé, olé, olé, Gogol, Gogol", el mismo modo en que se despidió.