Al parecer el director mexicano Alejandro González Iñárritu se intoxicó de sí mismo. O mejor dicho, de sus propias historias. Tras 11 años dirigiendo y coescribiendo algunas de las tragedias más lacerantes del cine occidental, decidió probar otros caminos y este año filmó la comedia Birdman. También, en este curioso cambio de folio, optó por transformar su nombre. O, al menos, prescindir de uno de sus apellidos y hacer más digerible su larga presentación: ahora es simplemente Alejandro G. Iñárritu. Siguiendo el camino de Pedro Almodóvar, que firma sólo como Almodóvar, el mexicano apuesta a una nueva nomenclatura en la promoción de Birdman.
Más allá de las formalidades, la renovación de Iñárritu ya viene tomando cierta forma desde el año 2010, cuando realizó Biutiful, el primer filme sin su guionista habitual Guillermo Arriaga. Para ese trabajo reclutó a los argentinos Armando Bó y Nicolás Giacobone, dos hombres de cine con una ascendencia ilustre: son primos entre sí y nietos del cineasta Armando Bó y la actriz Isabel Sarli, una última auténtica leyenda de la pantalla grande argentina.
En Birdman el guión es otra vez del dúo Bó-Giacobone y nuevamente se cuenta una historia lineal, lejos de aquellos triángulos narrativos que estructuraron Amores perros, 21 gramos y Babel. Eso sí, la tragedia de aquel moribundo interpretado por Javier Bardem en Biutiful es reemplazada por una narración más esperanzadora: la de un fracasado a medias, un hombre que fue alguien y que, contra todo pronóstico, busca reinventarse. Sin gravedad, sin soberbia, sin sufrimiento tampoco.
El héroe es el actor Riggan Thomson (Michael Keaton), conocido en los buenos viejos tiempos como la estrella protagonista de Birdman, superhéroe a la altura de los mejores. Los años le han jugado mal, su vida es una sombra de otra cosa y su hija (Emma Stone) es la novia de un actor bastante detestable (Edward Norton).
La película competirá e inaugurará el Festival de Venecia el próximo 27 de agosto. Su estreno en Chile será a fin de año, presumiblemente después de octubre. El director Alejandro González Iñárritu no ha deslizado demasiada información sobre la trama, pero al anunciarse su selección en Venecia, sostuvo: "En los días previos al estreno, el protagonista tiene que enfrentarse a un ego irreductible y a los esfuerzos para salvar a su familia, su carrera y a sí mismo".
La presencia de Michael Keaton en la cinta es un guiño de primera: el actor, un comediante que ya tenía bastante experiencia en los años 80, se hizo conocido masivamente en 1989 con Batman, de Tim Burton. Luego repitió al superhéroe de DC Comics en la aún más exitosa Batman regresa, de 1992. Aunque con una carrera solvente en las últimas dos décadas, Keaton jamás ha logrado recuperar aquellos años de fama que fueron de 1988 a 1992, donde también protagonizó Beetlejuice (1988). De cierta manera, la trama de Birdman, aunque en un tono exagerado, es un espejo del auténtico Keaton.
La película, como siempre pasa en las producciones de González Iñárritu, abunda en actores conocidos. Otros presentes son Zach Galifianakis (¿Qué pasó ayer?), Naomi Watts (Lo imposible) y Andrea Riseborough (Oblivion). El director de fotografía es el mexicano Emmanuel Lubezki, habitual de Iñárritu y de Alfonso Cuarón, a quien asistió en Gravedad y por cuyo trabajo se llevó un Oscar. Hace unos días Lubezki reveló que Birdman está filmada para parecer una cinta hecha en una sola toma, citando el caso de La soga, de Alfred Hitchcock como ejemplo.
Otra de las referencias extrafílmicas de la cinta es el escritor estadounidense Raymond Carver: el personaje de Riggan Thomson pretende refundar su vida con la obra de Broadway De qué hablamos cuándo hablamos de amor, basada en el conocido relato de Carver.
El año 2014 será particularmente productivo para Iñárritu, que comenzará a filmar en el segundo semestre The revenant, un western con Leonardo DiCaprio y Tom Hardy. Inspirado en la novela de Michael Punke, el largometraje parte en 1824 cuando el aventurero Hugh Glass (Leonardo DiCaprio), se interna en la última frontera del oeste en busca de nuevos territorios y una mejor vida. Atacado por un oso grizzly, Glass será luego asaltado por un grupo de forajidos, que le roban sus pertenencias y lo dejan esperando la muerte. Contra todo pronóstico, Glass sobrevive y su historia será la de una larga y detallada venganza.