Tuvo una semana ajetreada debido a que lideró la estrategia para enfrentar el testimonio que vinculó la candidatura de Sebastián Piñera con pagos de SQM. El jefe de comunicaciones del ex mandatario, Gonzalo Cordero, lo hizo con facilidad y le resta relevancia a los hechos. Comenta que al interior del comando vivió tres etapas: su llegada, empoderamiento de su cargo y adquirir un compromiso político y afectivo con la candidatura del ex jefe de Estado. Ahora dice que se encuentra en esa tercera fase y, por eso, recalca que la única opción de cambio real al gobierno de la Nueva Mayoría es el ex mandatario. En esta entrevista, Cordero analiza el primer debate de Piñera con todos los candidatos, realizado el jueves pasado. Afirma que la candidatura de José Antonio Kast parte de un supuesto irreal de que él y el ex jefe de Estado pueden pasar a segunda vuelta. Y sostiene que está cada vez "más abierto" al matrimonio igualitario.
Esta semana se produjo el primer debate en el que participó el ex presidente con todos los candidatos. ¿Qué evaluación hace usted?
Fue un bastante buen desempeño. Como siempre, estos debates tienen una serie de factores que uno no maneja. Por supuesto, todo candidato que está en la posición del presidente Piñera quisiera poder hablar más de las propuestas para el país, del futuro, más de lo que plantea en los problemas más acuciantes para los chilenos y menos del pasado. Y eso uno lo entiende, es inevitable. Pero fue un buen debate para el presidente, donde pudo plantear posturas interesantes sobre temas del pasado y también del futuro.
¿Alguna debilidad del ex mandatario?
Diría que el presidente tiene un estilo, una manera de comunicarse bastante conocida. Vimos un buen Piñera.
¿Y el resto de los candidatos?
El debate tuvo poca sorpresa. Los cuatros candidatos que se identifican más con la izquierda, Artés, Marco Enríquez-Ominami, Navarro y Sánchez, tuvieron un discurso bien de izquierda. El senador Guillier estuvo en una postura moderada, con un discurso poco concreto. Kast estuvo con un discurso más bien de nicho.
Durante el debate se reflotó el tema de los "cómplices pasivos". ¿Qué le pareció la respuesta del ex mandatario?
Fue una muy buena respuesta. Me pareció que puso su expresión en un contexto amplio, que me parece que resulta interesante, descriptivo, analítico.
Usted, incluso, a través de Twitter calificó como "brillante" la respuesta de Piñera. ¿Por qué?
Porque equilibró muy bien los distintos factores que incidieron en el quiebre de nuestra democracia, los distintos tipos de responsabilidad que hay en lo que pasó en nuestro periodo de la historia y, al mismo tiempo, cerró con una proyección hacia adelante, que es de aprendizaje.
Cuando habla de equilibrio, se refiere a que el ex mandatario si bien dijo que no se requerían 17 años para recuperar la democracia, al mismo tiempo no condena de forma directa a quienes trabajaron en su administración y que, a la vez, colaboraron con Augusto Pinochet…
Volvamos al origen de la pregunta sobre la expresión que él usó de los cómplices pasivos. Él equilibra también esto en el sentido de demostrar los distintos tipos de responsabilidades institucionales que en el Chile de esa época lo expresaron. Ni personalizarlo, ni politizarlo en el sentido partidista de la discusión.
¿Eso es para no contrariar al denominado mundo militar?
No. Creo que representa una manera madura de alguien que ya ha gobernado el país y que tiene una visión de estadista .
Se lo pregunto porque en el comando de José Antonio Kast, dentro del análisis que hicieron, comentan que el ex presidente matizó sus dichos de 2013 y puso mayor énfasis en la responsabilidad que tuvieron las instituciones. ¿Comparte eso?
El ex presidente desarrolló la expresión que él había utilizado. No le daría la connotación de matizar.
Tras esa lectura del comando de Kast, él endureció su postura durante el foro y salió a defender su electorado del denominado "mundo militar" porque sintieron que Piñera le hizo un "guiño" a ese sector. ¿Fue así?
Lo que el presidente hace no es con la mirada chica, electoral. Lo que hace es entregar una visión que considero responsable y madura respecto a nuestra historia y con un sentido de futuro.
Estas últimas semanas se ha hablado mucho acerca del voto útil para conseguir una diferencia irremontable en la primera vuelta y ganar con facilidad el balotaje. Para eso plantean ir en la búsqueda de los votos de Kast. ¿Es posible conquistar a ese electorado, que es más conservador y cercano al mundo militar?
Creo que José Antonio es un gran político, un tipo muy talentoso, muy honesto, pero creo que su candidatura adolece en este momento de algo que hoy es crucial en la política: él parte de un supuesto que no responde a un principio de realidad. Kast tiene un discurso que es ficticio de que él y Piñera pueden pasar a segunda vuelta. Es evidente que eso no es así, no tiene asidero en la realidad y no hay nadie en Chile que tenga un dato que siquiera lejanamente respalde eso. El electorado que quiere un cambio en el país, que quiere que sea reemplazada la Nueva Mayoría, tiene que pensar en que la única opción es el presidente Piñera.
¿A qué cree que responde la estrategia de Kast?
No me gusta suponerle nunca intenciones, pero si hago un análisis en el sentido lógico, me hace sentido que los electores que quieren un cambio van a votar por la opción real y no por una que no tiene ninguna realidad. Kast tiene un liderazgo, un proyecto que es legítimo que se pueda proyectar hacia el futuro, pero el día de la elección cada voto que saque Kast será aplaudido por la izquierda, porque mejora las posibilidades del candidato de izquierda que pase a segunda vuelta. Y cada voto que obtenga el presidente Piñera será un golpe electoral para la izquierda, porque mejora la posibilidad de que la Nueva Mayoría sea reemplazada.
En ese sentido, ¿los votos de Kast son relevantes para ustedes?
Mira, si al final yo creo que uno tiene que pensar en el país, en los objetivos, y no quedarse pegados en la cosa chica electoral.
Pero se ha hecho un llamado explícito de integrantes del comando para buscar esos votos. ¿Cómo se conjuga que un hombre como Piñera, que ha denunciado a los "cómplices pasivos", por ejemplo, busque los votos de quienes defienden la obra de Augusto Pinochet?
Bueno, yo diría… El presidente Piñera tiene una propuesta programática que es la única propuesta que veo seria y completa respecto a los problemas del país. El presidente Piñera es quien expresa eso, y eso es lo determinante a la hora de que una persona defina su voto. No creo que la opción principal para definir su voto tenga que ver con la opinión de la historia de Chile.
Pensando en una segunda vuelta, ¿ve puntos de encuentro entre Piñera y Kast?
Me parece obvio que las personas que hoy tienen intención de votar por Kast son personas que no quieren que la izquierda siga gobernando este país. Lo lógico es que esas personas hicieran todo lo posible para que se hiciera ese cambio, y eso significa votar por el presidente Piñera de inmediato, en primera vuelta. Si alguien no lo hace, no puedo creer que si votara por Kast en primera vuelta, votaría por alguien como Beatriz Sánchez o Alejandro Guillier en segunda.
Bajo esa premisa, ¿cree que en un balotaje el "mundo militar" vote por Piñera?
Creo poco en esas etiquetas. Al final del día las personas, más allá de sus adscripciones religiosas o profesionales, finalmente se comportan como ciudadanos y en el secreto de la urna votarán pensando en lo que consideran mejor para el país. El presidente es el que tiene el respaldo más alto en todos los sectores. Tengo una confianza que él va a ganar las elecciones y contará con el apoyo de la mayoría del país.
¿Pero es relevante ese electorado para Piñera?
Para cualquier candidato que pretende seriamente gobernar el país, todos los chilenos son importantes y todas las sensibilidades. A las personas se les conquista electoralmente con propuestas que le hagan sentido respecto a los intereses que cada uno tiene. Me imagino que los militares en retiro harán una evaluación en la intimidad de su conciencia y pensarán qué es lo mejor para Chile: que sea gobernado por Sebastián Piñera o por Beatriz Sánchez o Guillier.
A raíz del debate, el hermano del ex mandatario, José Piñera, salió a respaldar las palabras de Kast. ¿Cree que eso pueda polarizar aún más la relación del ex presidente con el mundo militar?
No tengo duda que en el secreto del voto las personas de vocación militar pensarán en lo mejor para Chile.
Esta semana se abrió un nuevo flanco para el ex presidente, luego de que un testimonio vinculara su campaña de 2009 con SQM. ¿Estaban informados acerca de esa factura?
No tenía ninguna información hasta que lo vi en el diario. Es una situación en la cual ni el testimonio de esa señora (María Inés Alliende) que vimos en la prensa ni otro antecedente vincula al presidente con esos hechos. Eso es lo único relevante en esta materia. Fue noticia de un par de días y no tiene ningún sustento mayor.
El esposo de María Inés Alliende, Reinaldo Sepúlveda, trabajó como productor audiovisual durante el gobierno de Piñera y hoy sigue colaborando en la franja para la campaña. ¿Él no les notificó nada al respecto?
No tengo más información de la que te acabo de dar.
¿Sepúlveda seguirá colaborando en la campaña?
No veo ninguna razón para hacer algo distinto si uno considera que el tema de fondo no tiene mayor gravedad.
Dentro de los argumentos para defender al ex mandatario se sostuvo que una factura de casi cinco millones de pesos era muy baja para estar relacionada con él. Entiendo que si bien eso apunta a que por esas sumas de dinero el SII habitualmente los resuelve de manera administrativa, ¿no cree que es minimizar el tema de fondo?
Cuando se mencionó eso, incluso, yo en algún momento lo mencioné, no tenía la intención de vincular la ética a los montos. Tenía el sentido de señalar que como acá se está intentando vincular al presidente con esos hechos, no resulta razonable que un candidato presidencial que está en la parte más álgida de su campaña, va a estar en cuestiones administrativas de ese tamaño. Además, según tengo entendido que a esos montos se les ha dado soluciones administrativas.
Es comentario habitual entre analistas políticos que al ex presidente Piñera no le afectan este tipo de casos. ¿Comparte eso?
Es que hace sentido que estas cosas no le golpeen, porque finalmente no se ha demostrado el menor asidero y no tiene sustento en la realidad.
¿Cree que responde a que Piñera ha sido relacionado varias veces a casos donde pudiera haber una eventual ilegalidad? Tuvo que dar explicaciones sobre el caso LAN, Exalmar...
Lo que pasa es que cuando a ti te acusan todos los días de algo y nunca te encuentran nada, es evidente que las acusaciones que van apareciendo tienen menos impacto.
Respecto a la denominada "agenda valórica", esta semana Mario Vargas Llosa calificó de "derecha cavernaria" a quienes están en contra de la ley de despenalización del aborto. Si bien el ex mandatario refutó sus dichos, ¿cree que le repercuta?
No. El tema del aborto es complejo. Yo tengo una posición definida y que, desde luego, es a favor de la vida. Al mismo tiempo, reconozco que claramente hay circunstancias en las cuales la decisión no es fácil, no es en blanco y negro. En esto, mi admirado escritor se equivoca. Existen buenas y legítimas razones para estar a favor de la vida.
En caso de llegar a La Moneda, ¿cree que a Piñera le traerá conflictos el hecho de haber comprometido cambios a la normativa?
No. El presidente desde el minuto uno dijo que él es partidario de la vida. Me parece que hay una polémica artificial.
El proyecto de matrimonio igualitario ya está ingresado al Congreso y lo más probable es que su tramitación siga en un próximo gobierno. ¿Cómo debería enfrentarse el tema si el ex mandatario vuelve a La Moneda?
Estos temas tienen que ver con la conciencia individual. Cada uno debe votar de acuerdo a lo que en conciencia le parezca mejor. No es un tema en el cual se pueda intentar tener posiciones uniformes en una coalición política. Puede ser que tal vez en un partido. Por lo tanto, no creo que en esto haya una fuente de conflicto. Y tampoco mueve la aguja electoral.
Harald Beyer planteó que las derechas modernas respaldan el matrimonio igualitario y con eso crecen políticamente. ¿Comparte eso?
Tengo cierto matiz con lo que plantea Harald en eso. Las derechas modernas con lo que ganan es con la capacidad de articularse políticamente respetando la diversidad de opiniones. Y, en segundo lugar, que las distintas visiones sean capaces de confrontarse bajo el principio de la racionalidad. No puede darse en una sociedad laica un debate que se funde en principios de orden religioso o en superioridad de una posición sobre la otra. En la medida que eso se cumpla, la derecha da una señal de modernidad y se sintoniza mejor con la sociedad diversa en la que vivimos.
Entonces, ¿no es necesario que el ex presidente avance en esa línea?
No me parece necesario que en ese punto pretendamos que todos piensen igual.
¿Usted está a favor o en contra del matrimonio igualitario?
(Se queda en silencio unos segundos). En mi caso particular, es una muy buena pregunta. Tengo que reconocer que pertenezco a una generación que, de alguna manera, es una generación de transición, intermedia. Vale decir, que generaciones anteriores a la mía, en términos muy mayoritarios, están en contra. Y percibo que las generaciones que vienen después de la mía, particularmente mis hijos, lo ven como algo natural y los veo a favor. Yo pertenezco a una generación que está al medio. Te lo voy a decir: es un tema en el que estoy cada vez más abierto.
¿Qué le falta para estar a favor?
Insisto. Es un tema en el que cada vez estoy más abierto. He ido evolucionado.