Lo que le ocurrió a Gonzalo Eltesch no pasa muy seguido en nuestro pequeño mercado editorial de fin del mundo. Hasta septiembre él era editor de Penguin Random House en Chile. A partir de este mes está instalado en Barcelona trabajando en Ediciones B.
Hace alrededor de tres meses lo contactaron de esa casa editorial –que pertenece al grupo Penguin Random House- desde donde le habían estado siguiendo la pista y le ofrecieron llevar un sello joven llamado Plan B. En ese momento, Eltesch estaba cerrando Historia secreta de Chile 3 de Jorge Baradit y como también es escritor y autor del libro Colección particular, avanzaba en un texto propio para Bogotá39, un proyecto que escoge a los mejores escritores de ficción menores de 40 años de América Latina. "Entonces la oferta me desordenó todo, pero es un desafío al que es muy difícil decirle que no".
¿Por qué?
Porque es irse a las grandes ligas. Es como pasar de Colo Colo al Barcelona a nivel editorial, en un mercado gigante, muy diferente al chileno, con más volumen y experiencia editorial.
El trabajo de Eltesch se puede ver en las cunetas. Es el editor que está tras la saga Historia secreta de Chile de Jorge Baradit, y de otros títulos como Joven y alocada y No te ama de Camila Gutiérrez, las dos entregas de Relatos de una mujer borracha, de Martina Cañas, La ciencia pop, de Gabriel León; la trilogía de Pepi la fea o El club de los juguetes perdidos de Pedro Peirano.
¿Cuántos de los libros que has editado han estado en el ranking de los más vendidos al mismo tiempo?
Más de cinco. A ver, espérate, pueden ser seis hace poco más de un mes.
En agosto y septiembre estuvieron en esas listas Barrio bravo de Roberto Meléndez; Dedocracia, de Malaimagen, Confesiones de una soltera de Paola Molina, y los tres libros de su coloso imbatible, Baradit.
¿Y cuántos años han pasado sin que uno de tus libros aparezca en el ranking de los más vendidos?
Tres años o más.
El anticuario y el internet
Eltesch estudió literatura en la Universidad Diego Portales, donde también hizo un magíster en edición y llegó a Random House sin más experiencia y contactos que sus lecturas y sus profesores. "Creo que una de las cualidades de un editor es ser busquilla. Mi papá es anticuario y comerciante, y tiene la habilidad para encontrar objetos, ya sea en una feria, en un negocio o en una casa. Yo lo acompañaba cuando era niño, y era impresionante cómo él de la nada podía dar con algo distinto y con valor monetario y cultural. En la edición puede ocurrir algo parecido, no necesariamente todos los autores están en las librerías y uno los tiene que descubrir", explica.
¿Cómo los hiciste tú para dar con autores?
Como yo no conocía gente del medio que me recomendara, la única opción que tenía era encontrarlos e inventar proyectos. Los busqué en lo que tenía más cerca, los medios, es decir, internet, la prensa escrita, en las charlas de universidades. Así llegué a Joven y alocada, y traté de que una película se transformara en libro y no al revés. Ahí me di cuenta de que Camila Gutiérrez es una escritora que llama la atención y literariamente muy impecable. Eso se ha demostrado en su carrera, ya tiene dos libros muy exitosos. También vi que buscar libros y ofrecerlos podía funcionar y encontré a muy buenos autores que necesitaban ser más leídos.
¿Cómo fue el caso de La historia secreta de Chile de Baradit?
Llevaba dos años tratando de encontrar a alguien que hiciera un libro con la historia b de Chile, que buscara lo popular, lo divulgativo, que recogiera la tradición de antes y lo que se daba en Argentina con Felipe Pigna y Daniel Balmaceda. Un día me fijé que las opiniones de Jorge en Facebook tenían garra y un poder de comunicación increíble. Investigué, revisé sus libros de ciencia ficción en los que toca temas históricos y hay símbolos y después lo escuché en Un país generoso en radio Zero donde era panelista y hablaba de historia de esa manera que estaba buscando.
¿Y qué te dijo él cuando le propusiste el libro?
Lo contacté y quedó encantado, era su libro. Le pedí un índice tentativo y me mandó uno gigante. Le dije que si nos iba bien sería una serie y lo acortamos. Ya vamos en el tercero.
Lo particular
En 2015, Eltesch estuvo en la otra vereda y debutó con la novela Colección particular (Laurel), una historia en la que el narrador y protagonista, llamado Gonzalo Eltesch, retrata sus relaciones familiares –principalmente con su padre anticuario de Valparaíso- y juega con la memoria y los lectores porque no se sabe qué es real y qué es ficción. "Me resultó muy cómodo pasar de ser editor a editado. Al entender el oficio resulta muy coherente el diálogo", dice. El libro fue muy bien recibido por la crítica, pero esa no fue la única consecuencia que tuvo. "Es una novela íntima y tenía un riesgo publicarla. Tuve problemas familiares con este libro, especialmente con mi papá, pero poco a poco fueron recomponiéndose los afectos".
¿Por qué fue tan complejo?
Porque tiene todo el derecho a tomárselo con una sensibilidad extrema. Uno de los personajes es el padre del protagonista, que aunque sea una novela, tiene nombre y apellido: Gonzalo Eltesch. Es textual, por lo que tiene el derecho de sentirse usado, expuesto y de enojarse. Sin embargo, tal como una vez dijo Fuguet, en la literatura uno pide perdón pero no permiso. Tú, al publicar y al exponerte, vas a tener que lidiar con toda esa sensibilidad y es una de las cosas que es importante que tenga la buena literatura, que es abrir tus sentimientos. Y eso provoca de todo, desde emocionarte y ser feliz y también entristecerte y sentir culpa, como en ese contexto yo la sentí con mi papá. Por eso le pedí perdón, pero no le pedí permiso.
¿Tienes planes de publicar otra vez?
Estoy en dos proyectos de novela y a medida que avance decidiré cuál me interesa más.
¿Cómo se relaciona lo que escribes con lo que editas?
Creo que van por veredas paralelas. La edición es mi trabajo y mi pasión y la literatura es sólo mi pasión.
¿Qué te dijo tu papá cuando le contaste que te ibas a Barcelona?
Le dio mucha pena. Mi hermano vive en Bélgica, somos sólo dos, y cuando le fui a contar a mi mamá, se le pusieron los ojos llorosos y dijo "me quedé sola". Mi papá también estaba triste pero los dos entienden que es un gran desafío y que es importante que me la juegue, que me arriesgue.
Fenómenos de masas
Una de las misiones que se propone Eltesch como editor en España es seguir haciendo lo que ha hecho aquí en Chile. "El fin es divulgar, llegar a la máxima cantidad de gente con proyectos diferentes, hacer algo distinto que llame la atención y a través de eso llegar a lectores que quizás no tenías en el panorama. Quiero buscar masividad, buscar libros super-venta", dice.
¿A pesar de que ese tipo de libros no siempre sean bien vistos?
Si tengo alguna ética en función a lo que publico es que todas las personas tienen derecho a leer lo que quieran, cómo y cuándo quieran. Es esencial que en las librerías existan distintos tipos de libros y que la gente pueda decidir. Que yo lea los de un segmento más literario no significa que otros tengan que leer lo mismo. ¿Por qué no pueden existir otro tipo de publicaciones que incluyan humor, novelas románticas, de divulgación científica o de historia que no sean solamente para historiadores o científicos, o libros de fútbol no solamente para los especialistas? Darle diversidad al ámbito editorial es positivo para fomentar la lectura en Chile y en cualquier parte. Es lamentable cuando alguien se cree con el derecho a decir lo que es bueno o malo cuando tiene que ver con la elección de una persona. Me parece que es un acto de...
¿Arrogancia?
Arrogancia. Los libros con los que me gusta trabajar y que he tratado de editar no son para soberbios sino para personas que tienen ganas de leer algo distinto. Algo con lo que se sientan identificados. Que les guste, les despierte pasión, épica, como Historia secreta de Chile. Que generen discusión, como el libro de Gabriel León sobre ciencia. Algo que muestre a la mujer no desde el machismo como Confesiones de una soltera o Relatos de una mujer borracha. A veces tocan temáticas muy profundas, pero de maneras diferentes y eso es valioso.
¿Qué te pasó cuando viste las críticas negativas que recibieron los libros de historia de Baradit?
¿Las de los historiadores? Cuando publicas tienes que asumir que hay personas a las que les va a gustar y otras a las que no, y también que es posible que haya errores y aprender de ellos, de la lectura de los críticos. En el caso de Baradit, yo leí todo abierto a mejorar, pero en el caso de los historiadores me pareció que estaban criticando un libro de divulgación como si fuera uno académico. El libro hubiera sido peor, habría llegado a menos personas y no hubiese cumplido el propósito de divulgar si les hubiéramos hecho caso a las críticas de esos historiadores.
¿Qué no publicarías?
Nada que fuera contra la ley ni a nadie que estuviese acusado de algún delito.