La noche cae sobre la coqueta ciudad de Wiesbaden, a poco más de 15 kilómetros de Mainz, y Gonzalo Jara decide encender el televisor del living. Entre los canales deportivos busca algún partido atractivo. Ya concluyó hace algunas horas la práctica vespertina de su nuevo equipo en Alemania y es hora de descansar junto a su familia.

"Una de las cosas a las que me he tenido que acostumbrar acá es la de entrenar todos los días. Puede sonar extraño, pero en Inglaterra tienes mucho descanso entre cada partido, porque hay tantas competencias, que las cargas de trabajo son muy bajas", comenta Jara, quien después del Mundial aterrizó en Mainz, tras cinco años en el fútbol británico.

Uno tiene otra visión de la competencia inglesa.

Sí. Lo que pasa es que hay tres competencias internas, sin contar los equipos que juegan los torneos europeos. El año pasado jugué más de 50 partidos y eso que no estuve ni en Champions ni en Europa League. Imagínate lo que juegan los que están en Manchester City, Arsenal o Chelsea. Es una brutalidad de partidos.

No hay tiempo para nada. Ni para dar un paseo con la familia.

Bueno, por lo mismo es que cuando tienes semanas enteras, sin partidos entre semanas, cuentas con varios días libres. Después de jugar, no entrenas. A mitad de semana está el día del golf, como le llaman allá. Muchos se van a pegar palos por ahí. Y antes del partido se hace algo muy suave.

O sea, en pocas partes del mundo se prepara así un partido.

Es que como juegas tanto, al final lo mejor es descansar. Pero claro, tantos partidos te pasa la cuenta en otras cosas.

¿Cuáles por ejemplo?

No disfrutas Navidad y Año Nuevo con tu familia, porque estás concentrado o derechamente jugando. Eso no pasa en otro lado. Y al final eso terminó inclinando la balanza para venir a Alemania. Empiezas a privilegiar otras cosas, más allá que hoy la Bundesliga es para muchos la mejor competencia del mundo.

¿Para usted todavía no lo es? 

Está entre las mejores. La infraestructura es notable. Ves estadios nuevos en todas las ciudades. La herencia del Mundial 2006 fue fantástica. Pero...

¿Pero qué?

Por ahí hay más clubes protagonistas en Inglaterra, que en España o Alemania. Allá están los poderosos por un lado, que son cinco o seis. y el resto intenta dar una pelea desde lo táctico muy dura. Acá hay dos equipos que destacan demasiado, sobre todo uno, Bayern Munich, que le saca enormes diferencias a todos. Y ello quizás le quita brillo.

En todo caso, los expertos dicen que en pocas partes del mundo se juega mejor que en Alemania. ¿Coincides en esa apreciación?

Totalmente. Todos acá intentan jugar. Y de alguna manera aplican un modelo parecido al del Barcelona e, incluso, el de la selección chilena, el de salir jugando desde el arquero. Por eso la Bundesliga es tan atractiva para ver desde ese punto de vista.

¿Crees que imitan a la selección chilena?

No tengo dudas. Incluso, el técnico de mi equipo (Kasper Hjulmand), que es de Dinamarca, me pregunta por el sistema de trabajo que tuve con Bielsa y ahora con Sampaoli. Es un seguidor de ambos. Me dijo, cuando llegué, que había ido a un amistoso que jugamos con la selección en Copenhague, y que le había gustado mucho el sistema de juego.

¿Y le dijo algo del Mundial?

Me comentó que habíamos hecho un muy buen torneo. Que le había gustado mucho Chile.

Usted fue el último jugador de la Roja en tocar el balón esa tarde de Belo Horizonte. ¿Se acuerda de algo de ese momento?

Sí. Y todavía me acuerdo. No lo he podido olvidar.

¿Qué recuerda?

Es algo difuso. Había mucho ruido en el estadio, cuando iba camino al área. En ese momento, sólo estaba concentrado en patear. Nada más. Tenía claro lo que iba a hacer.

¿Qué vino después?

Veo la pelota golpeando el palo y después me doy cuenta que Julio César sale corriendo. Nada más.

¿Volvió a ver esa imagen?

Sí. Al día siguiente de llegar a Chile con la Selección, revisé el video. De ahí nunca más.

Usted tuvo la personalidad para levantar la mano y pedir lanzar un penal. ¿Lo volvería a hacer en una definición?

Totalmente. No tengo miedo en volver a hacerlo.

¿Incluso en un partido decisivo de la Copa América?

Absolutamente. Lo patearía sin problema, sea el primero o sea el quinto.

En la gira por Estados Unidos, para enfrentar a México y Haití, ¿le recordaron el episodio sus compañeros?

No. Nadie tocó el tema en Estados Unidos. Ya pasó.

Tras quedar eliminados, muchos compañeros suyos declararon que el objetivo ahora es ganar la Copa América. ¿Fue apresurado?

Es que lógico que todos quieran ganarla. Nadie puede ocultar su deseo de ganarla por primera vez en la historia. Está el hecho de que jugamos en casa. Pero también hay que ser realistas. Habrá rivales durísimos, quizás como hace mucho tiempo no se ve en una competencia de este tipo.

Bajo ese escenario que plantea, ¿Chile es favorito?

Es que decir que somos o no favoritos, en realidad, no resuelve nada. Lo que debemos tener claro todos es que no porque jugamos en Chile será fácil ganarla. Argentina vendrá con una propuesta distinta, Brasil llegará con ánimo de revancha por lo que le pasó en el Mundial y está Colombia, que ha crecido muchísimo. Y sólo te estoy nombrando tres selecciones. Incluye ahí a Ecuador y Uruguay.

Muchos sostienen que esta generación debe ganar algo, para quedar realmente en la historia. ¿Qué responde a eso?

Mira, más allá de jugar bien y de dejar alto el nombre de Chile en las más diversas competiciones, las cosas deben coronarse con un título o una clasificación. Y en este caso, lo más concreto y cercano es la Copa América. No sé si volveremos a estar en una instancia de este tipo. Para mí es ahora o nunca el hecho de ganar un título.

Después del Mundial se ha discutido mucho la metodología de Sampaoli, en cuanto a la sobreexigencia de los jugadores. ¿Es tan así el tema?

A ver, quizás desde afuera se puede distorsionar un poco la opinión. Pero, a mi juicio, hay una exigencia lógica, porque las metas que tenemos todos, tanto cuerpo técnico como jugadores, son altísimas. Y tenemos claro que para conseguirlo es necesario, quizás, entrenar un poco más, tener doble jornada. Detalles que después marcan la diferencia.

¿Aunque eso le termine costando a un jugador una lesión de larga recuperación? El último en caer fue Cristopher Toselli.

La verdad es que no sé lo que le sucedió. Por ahí leí que la gente de Católica estaba molesta y es lógico, porque es quien paga el sueldo. Pero también en medio está el jugador, que muchas veces por querer estar en la Selección, a veces esconde dolores y molestias. Insisto, quizás sería bueno escuchar a Cristopher antes de dar una opinión más categórica.

¿Pero ustedes están de acuerdo en que la exigencia es altísima?

Más que alta, la encuentro lógica. En siete u ocho días debes preparar partidos clave para conseguir una clasificación al Mundial. Hay que ponerse en el lugar del seleccionador. Quedarse 10 o 15 minutos ensayando alguna jugada te puede decidir después un partido. Los técnicos de selección casi no tienen tiempo, entonces veo normal que aprovechen al máximo cuando tienen a los jugadores.