La casa del tenista Gonzalo Lama debe ser una de las pocas donde en cada rincón se respira tenis. Sus perros, juguetean con pelotas de tenis. Tanto es el fanatismo, que uno de sus canes se llama Roger, en honor a Federer, el gran campeón. Y empapado por esta pasión, es que la raqueta número dos de Chile no quiso perderse por ningún motivo el primer punto de la confrontación ante República Dominicana por Copa Davis. Aunque fuese a distancia.
El León, quien está volviendo tras una operación en la muñeca derecha, comenzó su propio show. Gesticuló al puro estilo de Bielsa en cada punto y hasta se paró al borde del sillón durante la transmisión. Su notebook emitía la Copa Davis y los primeros comentarios no se hicieron esperar. "El calor que debe hacer allá. De locos. Debe estar rico para jugar", dice entre risas, sentado junto a dos amigos tenistas (Simón Navarro y Javier Naser), también cercanos a Jarry.
Consciente de la complejidad del partido, lanzó: "Es sólido Hernández de fondo de cancha. Va a estar duro para Nico". Su compañero de entrenamiento, Nicolás Jarry, se encontraba corriendo de lado a lado bajo el calor dominicano, buscando darle el primer punto a Chile. "¡Dale, Kilómetro parado!". Con el apodo particular que le dio a Jarry, Lama comenzaba su primera de varias arengas que dejó escapar.
La acción arrancaba en Dominicana y Lama, pegado a la pantalla. Brazos al cielo, al costado, aplausos, análisis, comentarios, bromas y risas fueron condimento perfecto para seguirlo a la distancia. Cada error era lamentado, así como aplaudidos los buenos tiros, los que, en su mayoría, iban acompañados por una exclamación: "¡Bien, hueón!" y una palmada en su muslo como señal de acierto.
"Qué buena Nico, hueón, ¡dale!": nacían los primeros aplausos tras el quiebre en el sexto game del primer set. Comiendo frutos secos seguía allí, como si estuviese jugando el partido, con la intensidad que acostumbra cuando pisa una cancha. Puño hacia abajo como si él hubiese mandado la derecha invertida que lo distingue en el circuito y agrega: "Está jugando bien Nico. Vamos".
Con un gran juego de servicio, el Príncipe se echaba al bolsillo el primer set por 6-3. "Yo creo que este partido será a cinco sets, pero ojalá sea en tres", auguraba Lama.
Primer receso del partido y Gonzalo revisa su celular, pero cuando aparece la señal, exige: "¡Ya poh, concentrémonos en el partido, que nos están grabando!".
El segundo parcial fue una montaña rusa y mostraría el lado más tenso del León. Jarry no pudo mantener el alto nivel que traía y Hernández se agrandó, sacó pecho y quebró. Aparecieron las primeras caras largas, manos al rostro y espalda hacia atrás. El tenista conoce la tensión y complejidad de jugar una Copa Davis. Y con el clima dominicano se acrecienta la dificultad. El momento no era el mejor. "¿No lo ves cansado?", pregunta a uno de sus amigos, que con la cabeza, responde sí. "Hay 67% de humedad y 29 grados, pero los nervios hace que sientas un calor mucho más fuerte", dice el jugador copero. A pesar del mal momento, surgen las imitaciones tipo Kramer hacia el capitán Massú. En el peor momento del partido, Gonzalo simulaba lo que le estaba diciendo en la silla. "Massú le debe estar diciendo: 'No importa, es un quiebre nomás, dale acá. ¡Vamos hueón!". Al tiempo que hablaba, cerraba su puño derecho, imitando los mejores tiempos del medallista olímpico.
Y parece que las bromas surtieron efecto, porque Jarry recuperó el quiebre tras dos devoluciones que fueron aplaudidas y celebradas por su compañero. Y continuó la buena racha: "Qué grande el Kilómetro parado", festejaba el santiaguino con su puño al cielo. Jarry quebraba y mantenía su saque, dos sets a cero y Chile más cerca del primer golpe."¡Vamos hueón, ya está! ¡Está cocinado!", lanzaba.
La tercera manga se vivió con la misma atención. Llegaría el momento cúlmine tras dos quiebres de Jarry. Fuera de sí, Lama vivió el match point. Grabó con su celular y tras el revés paralelo del chileno, celebró. Rostro feliz y una frase: "¡Grande, Melman! ¡Buena, Kilómetro parado!". "¿Quién es Melman?", pregunta Naser. "Es la jirafa de Madagascar", responde Lama visiblemente contento por su amigo.
Tras el partido, lanzó su análisis: "No me sorprendió el nivel de Jarry. Fue clave levantar el 1-4 del segundo. Jugó realmente bien". La euforia sólo fue una pausa para él, en medio de su ardua preparación para regresar a las canchas.