Un texto de 16 páginas, titulado "Nuestra visión de la crisis: Chile cambió y el PPD no", comenzó a socializar en las últimas horas un grupo de la colectividad liderado por su presidente, Gonzalo Navarrete.
De cara al consejo nacional que se realizará este sábado, el documento constituye la primera expresión pública de Convergencia Progresista, una tendencia interna impulsada por Navarrete junto a otros militantes y con la que -reconocen en el entorno del timonel- el ex alcalde busca "desligarse" del denominado "girardismo" y cuestionar la lógica de "lotes" en el PPD.
En la antesala del consejo, en que Navarrete pondrá su cargo a disposición tras los malos resultados parlamentarios -se bajó de 14 a ocho diputados-, el texto hace un crudo análisis de las causas que han incidido en el estado actual de la colectividad, incluyendo las implicancias del caso SQM y cómo fue abordado por la tienda.
"Los últimos años de vida del partido han sido particularmente duros, por los hechos de relación entre dinero y política en que nos hemos visto envueltos. Paradigmático es el caso SQM y el financiamiento partidario, que nos hizo aparecer como uno de los símbolos de la corrupción. En todo caso, nuestra autocrítica tiene que ser severa: no fuimos lo suficientemente duros para sancionar los errores éticos de militantes del partido y tomar las medidas correctivas necesarias", dice el texto.
La vinculación con la minera estalló en 2016, luego de que se revelara que el PPD recibió platas de SQM a través de la Corporación Chile Ambiente durante la presidencia de Carolina Tohá.
El texto de Convergencia Progresista agrega que el partido "no ha estado exento" de "faltas a la probidad, hechos vinculados al financiamiento irregular de la política", por lo que es necesario "renovar el código de ética" y dotar de mayores "atribuciones" al Tribunal Supremo y a la Comisión de Ética.
Entre las causas de la situación que atraviesa la colectividad, el documento apunta también al debilitamiento de la "formación política" del PPD y la lógica de "lotes".
"Nuestras listas de candidatos de cargo en elección popular hoy son determinadas por consejos internos, donde la predeterminación de lotes es -principalmente- el eje rector de la decisión (...). Un partido con densidad política debe transitar desde grupos pequeños, unidos más por simpatía o ligados a liderazgos de poder, a uno de tendencias".
Aunque el documento no entrega nombres, en su minuto Navarrete había instado ya a terminar con el girardismo y el laguismo, este último grupo representado hoy principalmente por el senador Ricardo Lagos Weber.
Convergencia Progresista analiza también la derrota presidencial, criticando el "desapego" de Alejandro Guillier con los partidos, "pretendiendo mostrarse como un líder representante de la ciudadanía y ajeno a la actividad partidaria". Y se agrega: "Esta concepción, junto con incidir en la derrota, contribuyó a la devaluación de la actividad política desde el progresismo". En el texto se asume, en todo caso, que "los partidos políticos también somos responsables de esta dinámica".
El documento asegura también que "no se construyó una alianza de gobierno sólida (...), no proyectamos gobernanza ni capacidad de gestión pública"; y, de cara al rol opositor que asumirán a partir de marzo, plantea la necesidad de "alianzas" en torno a "acuerdos políticos programáticos".