Fue en un lejano 2012 cuando Google sorprendió al mundo con un concepto hasta entonces nunca visto: la posibilidad de visualizar gracias a unos anteojos inteligentes nuestro entorno en tiempo real y a través de la realidad aumentada, entregando un sinfín de posibilidades como encontrarnos con alguien en la calle e identificarlo con su cuenta en las redes sociales, caminar de un sitio a otro con Google Maps o conversar con un amigo por Skype.
El dispositivo, conocido como Google Glass, llamó de inmediato la atención por su simpleza y su potencial. Tras una espectacular presentación, que involucró paracaidistas lanzándose de aviones para transmitir directamente a la conferencia en San Francisco, EE.UU., aparecieron aplicaciones para YouTube, Twitter, Instagram, el New York Times, se habló de la posibilidad de interactuar con electrodomésticos conectados a internet, se transmitieron cirugías y gracias a su éxito se fabricaron distintos modelos para mantener la estética.
Sin embargo, tras un tiempo comenzaron los problemas. A las críticas por su alto costo (1.500 dólares) para ser un producto de consumo masivo, se sumaron inconvenientes con la seguridad, incomodidad tras las miradas de los demás, un extraño caso de adicción y la privacidad, ya que muchos denunciaron haber sido grabados sin su consentimiento. De esta forma, el aparato fue prohibido en bares y restaurantes, y los usuarios se desilusionaron, afirmando que el producto no evolucionaba en la dirección que se había prometido. Así fue como en 2015, Google anunció que ya no fabricaría los lentes, esperando reenfocar el objetivo del dispositivo.
Una nueva mirada
Y hoy, a dos años de haber sido suspendidas y con un silencio absoluto, Alphabet, compañía matriz de Google, anunció el retorno del gadget aunque sólo en su edición más profesional, dejando de lado la versión de consumo, llamada "Explorer". Así, la versión conocida como "Enterprise" tiene como objetivo su utilización en entornos de trabajo, mostrando información directamente en la línea de visión para entregar datos relacionados a los productos o con instrucciones a seguir. Y según Google, este enfoque tiene sentido: en las pruebas, el tiempo dedicado a la inspección se redujo un 30%, y la fabricación de maquinaria se redujo a un 25%.
En cuanto a los cambios y aplicaciones, Google Glass Enterprise Edition tendrá como procesador Intel Atom, memoria RAM de 2 GB, almacenamiento de 32 GB, cámara de fotos de 8 Mpx, video a 720p, batería de 780 mAh, sensores de guiños y apertura de ojos, magnetómetro, barómetro, conexión Wi-Fi y Bluetooth.
Cabe señalar que en relación a los modelos anteriores se aumentó la batería, entregando dos horas de transmisión en streaming y ocho horas para el resto de aplicaciones, un LED que notifica a los demás si estamos grabando, una montura flexible para cambiar el modelo si no nos gusta, y la posibilidad de doblarlas. Vendrá en colores negro y blanco, con azul y rojo para un futuro a un precio de 1.700 dólares y 2.800 dólares aproximados, dependiendo si el software incluido es limitado o completo.