Mackenzie Pearson es una estudiante regular de la U. de Clemson. Hasta el 30 de marzo, convivía entre el anonimato de los cientos de estudiantes de su universidad, hasta que un artículo en su página web (theodysseyonline.com) en el que hizo una notable caracterización de muchos hombres actuales, la sacó del anonimato. "Se caracterizan por hacer ejercicio ocasionalmente, beber alcohol con facilidad los fines de semana y comer ocho pedazos de pizza de una vez", escribió.

Pero también apuntó que son capaces de ir ocasionalmente al gimnasio y a comer sano algunos días, configurando un cuerpo especial. Algo así como un híbrido entre flaco y gordo. Al verlos caminar no podrían ser definidos como gordos, pero tampoco como delgados, y que, en su opinión, despierta una extraña fascinación en sus compañeras. Por eso acuñó un término especial y único: "dad bod" o "cuerpo de papá" en español, aunque algunos sitios web lo han traducido como "gordiflacos" o "fofisanos".

Este cuerpo de padre, argumenta la estudiante, tiene varios encantos que seducen a las chicas: no intimida, las hace sentir guapas, invita a dar abrazos, dejan claro que les gusta disfrutar comiendo y bebiendo y su cuerpo, además, no se estropeará tanto con el paso de los años, ni decepcionará tanto en el futuro.

Sin embargo, la nueva definición encendió las redes sociales. Algunas publicaciones como Buzzfeed y Elite Daily, han celebrado la nueva definición. Pero el columnista de la revista Time, Brian Moylan, afirmó que la definición era sexista, porque el problema no es lo que dice sobre los hombre, "sino lo que dice sobre las mujeres y cómo las tratamos". Afirma que la definición hace sentir menos mal a las mujeres porque les quita presión sobre cómo lucir su cuerpo, pues la estética femenina siempre ha sido mayor en ellas que en ellos.