El primer ministro británico, Gordon Brown, descartó hoy un rápido alivio de las sanciones internacionales impuestas a Zimbabwe, pese que a que el Presidente sudafricano, Jacob Zuma, reclamó en Londres esa medida para favorecer el desarrollo del convulso país.

Las sanciones no se suspenderán mientras siga preocupando la situación de los derechos humanos en Zimbabwe y hasta que el país no muestre un compromiso claro con la celebración de elecciones justas y con la libertad de prensa, dijo Brown tras reunirse con Zuma.

"Debemos avanzar de un gobierno transicional de unidad a elecciones justas y libres", reclamó el premier británico.

Por su parte, Zuma aseguró al líder británico que Zimbabwe registró "progresos muy positivos" y sostuvo que la comunidad internacional debe "entender mejor" la situación del país, vecino de Sudáfrica, y revisar las sanciones impuestas.

En el segundo día de la visita del africano a Reino Unido, ambos líderes discutieron también sobre su relación comercial, la economía global, el cambio climático y la proliferación nuclear, según explicaron.

Zuma, que en una entrevista había acusado a Reino Unido de tener una actitud de superioridad frente a los africanos, intentó poner paños fríos al revuelo que causó esa observación señalando que sus palabras habían sido sacadas fuera de contexto.

El mandatario dijo también estar "muy feliz" por su visita de tres días y añadió que su delegación fue "calurosamente recibida".