El primer ministro británico Gordon Brown, que el lunes superó pedidos de renuncia de sus filas laboristas  tras una profunda crisis de liderazgo por la reciente derrota  electoral europea y local, mantuvo hoy una reunión de gobierno  con su nuevo gabinete de ministros.

Brown consiguió anoche el apoyo de los parlamentarios  laboristas, a pesar de los desastrosos resultados de su partido  en los comicios europeos, donde obtuvo sólo el 15% de los votos.

El ministro de Exterior británico, David Miliband, considerado como posible sucesor de Brown, afirmó que el partido "alcanzó un acuerdo de posiciones" y no quiere un nuevo líder.

Además, destacó que el "candidato líder" para reemplazar a  Brown, el ministro de Salud, Alan Johnson, apoya al primer  ministro "completamente".

"El grupo parlamentario del Partido Laborista alcanzó un  acuerdo de posiciones acerca del liderazgo. El Laborismo no  quiere a un nuevo líder. No hay vacantes. No hay un desafiante",  subrayó el canciller británico.

"El candidato líder Alan Johnson ha dicho que apoya al primer  ministro hasta las últimas", continuó.

Por su parte, James Purnell, el ministro del gabinete que renunció el jueves pasado y pidió por la renuncia de Brown,  declaró hoy a la BBC que no se arrepiente de su decisión.

"Sabía que no podía levantarme el viernes y decir algo que no  creía. Dije lo que dije, y lo defiendo, por supuesto que me  sentiré contento si se me demuestra lo contrario y Gordon Brown  lidera al Laborismo a la victoria en las próximas elecciones",  agregó.

"Tengo mucho respeto por la gente que está en el gobierno y  que cree que es lo correcto", subrayó el ahora parlamentario  laborista.

El liderazgo de Brown fue eje de numerosas especulaciones  tras una serie de renuncias de ministros y porque su partido  sufrió la peor derrota electoral desde la Segunda Guerra Mundial  (1939-1945).

En tanto, el nuevo ministro de Cultura, Ben Bradshaw, afirmó  a la BBC que Brown parece haber entendido que tiene que  comportarse "de forma más colegiada, y creo que él ha aceptado  que el estilo de liderazgo necesita cambiarse".

"El ha admitido que la forma en que el número 10 (de Downing  Street) ha operado no ha estado en el interés ni de él ni del  gobierno laborista", continuó.

Entre los diputados "rebeldes" que habían pedido por un  cambio de liderazgo, John McFall, sostuvo que hubo "mucha  frustración" entre algunos parlamentarios que se sentían  alienados por el sistema "jerárquico" dentro del partido.

"Tiene que haber un mayor vínculo y el primer ministro dijo  que así ocurrirá", agregó.

Por su parte, el jefe de los conservadores, David Cameron,  afirmó que Brown y sus críticos están atrapados "en una lenta  danza de muerte política".

En tanto, un sondeo comisionado a la consultora ComRes para  el The Independent indicó que Alan Johnson hubiera reducido la  ventaja de los conservadores si se hubiera convertido en el  nuevo jefe del Laborismo.

Destacó que los "tories" hubieran obtenido el 36% de los  votos, contra el 26% de los laboristas, suficiente para evitar  que los conservadores se hubieran quedado con una amplia  mayoría.