"Tenía siete años y se había ido Crespito. Estaba triste, es verdad. Mi papá bostero no quería asumir que le salí gallina". Con esas palabras Andrés, un argentino declarado hincha de River Plate, inicia una carta muy especial. Su destinatario: José Marcelo Salas, el goleador chileno que se convertiría en ícono del equipo millonario hace dos décadas.
El breve texto de dos párrafos fue compartido en redes sociales por el delantero. "Mi papá bostero no quería asumir que le salí gallina. Veía videos, el gol del Beto con la pelota naranja, los enganches del Muñe, las apiladas del Enzo, y soñaba con vivir esas jugadas en vivo, hasta un 30 de septiembre", se lee en sus líneas.
Ese día de 1996 marcó el debut de Salas en uno de los partidos más emblemáticos del fútbol mundial, el Superclásico con Boca Juniors. Y también el primer gol que le haría a ese equipo, justamente lo que Andrés recuerda con su pluma. "Después de ese centro esforzado del Burrito, te acomodaste como si estuvieras en tu casa y se la mandaste a guardar en la Bombonera. Sí, tenía siete años y fue la primera vez que lloré con un gol", cuenta.
El texto cierra con un agradecimiento a Salas: "Gracias, Matador, vos me dejaste ver que River es lo más grande. Gracias por ser del Millo. Gracias por ser mi ídolo".