Histórico

Granada y León: El cara y sello del país

Las dos ciudades más importantes de Nicaragua históricamente han sido rivales. Granada, conservadora, tranquila, hasta mojigata, y León, liberal, intelectual y revolucionaria, han llegado a ser irreconciliables. Tal es la pasión de sus argumentos, que hasta los mismos turistas deben definirse ante una u otra. Porque si algo está claro en Nicaragua, es que aquí no hay espacio para medias tintas.

En el Museo de la Revolución de León, ciudad que por momentos ostentó el título de capital nicaragüense, un militar sandinista en retiro muestra orgulloso recortes de diarios alusivos a La Revolución, los que humildemente se mantienen pegados en las paredes de una casa oscura y que cruje a cada paso. Adornan el lugar, además, fotos del Che, de Mafalda e incluso de Allende. Pero aquí, más que documentos escritos relativos a la larga lucha que ha dado Nicaragua en contra del capitalismo, es el testimonio  de los voluntarios del museo el que realmente vale. Son ellos los que, pacientemente, dirigen a los turistas intentando convencerlos de que el camino de las armas ha sido justo y necesario en el país más díscolo de Centroamérica.

Afuera, el panorama no es muy diferente; en pleno centro, a pasos de la Universidad de León -una de las más antiguas de América, fundada en 1813-, murales y graffitis cubren las paredes y continúan pregonando la revolución y una larga vida al sandinismo. Pero entre tanto martillo y hoz, también hay espacio para el turismo. Porque si de algo está orgulloso León es de su entorno impactante, rodeado de atractivos volcanes, ideales para practicar un deporte improvisado: el volcano boarding, que es simplemente lanzarse sobre una tabla volcán abajo, actividad por lo que se cobra un precio algo excesivo, pero con la promesa de que esas córdobas serán utilizadas para el desarrollo de la zona.

Pero para quienes no están interesados en lo outdoor, León tiene patrimonio colonial de sobra, ya que entre el caos de los mercados, el vallenato, las protestas y el humo de los puestos de hamburguesas, se encuentran joyas como la iglesia Basílica de la Asunción, que incluso fue utilizada a fines de los 70 como refugio de los guerrilleros del FSLN contra el dictador Anastasio Somoza.

Como es de esperar para una ciudad universitaria y literalmente revolucionaria, la noche arde. Los alrededores del Parque Darío o el Parque Merced es donde pubs y discotecas funcionan toda la noche, con música que va desde lo tropical al pop electrónico, lo que mezclado con altas dosis de ron Flor de Caña, consolidan a León como un destino que seduce a mochileros y parejas jóvenes.

Diferente es la realidad de Granada, la otra ciudad colonial de Nicaragua, a unos 100 km al norte de León. Aquí, todo es calma y una belleza clásica de una de las ciudades coloniales más espectaculares de Centroamérica, que recuerda en minutos a Antigua, en Guatemala, o incluso a Cartagena de Indias, pero sin sus olas de turistas y con un dejo moro digno de su nombre. Cuesta en Granada ver la convulsión política de León, principalmente, porque en esta ciudad ya se sufrió demasiado. De hecho, en el siglo XVIII fue invadida y tomada por filibusteros, que no quisieron dejar rastros de su esencia conservadora, quemando todo a su paso. Hoy, se pueden ver ruinas de conventos e iglesias, aunque la ciudad no vive del drama del pasado y supo ponerse de pie, transformándose en el destino colorido y, por sobre todo, fiel a su tradición cristiana.

"La Gran Sultana" es sin duda gusto de parejas mayores, que caminan tranquilas sin el calor sofocante de su ciudad rival, esto porque colinda con el gigantesco lago Cocibolca, lo que le da un constante aire fresco, que se agradece a la hora de la siesta, que aquí es sagrada.

Es especial también para consumistas, que pueden alcanzar fácilmente desde aquí el pueblo vecino de Masaya, donde el orden de Granada se olvida de golpe tras introducirse en su caótico mercado. Iguanas vivas "buenas para la potencia sexual", hierbas, pescados, tripas y artesanías en madera a precios ridículos, se encuentran a destajo.

Vuelva en la tarde a Granada, donde las familias completas sacan sus sillas, televisores y mecedoras a la calle y ven pasar la vida con una tranquilidad única, mientras suenan las campanas de la Catedral. Muy diferente claro a lo que se vive en León. Tras visitar ambas ciudades, le prometemos que no podrá mantenerse neutral cuando se tenga que inclinar ante la posición de una u otra localidad. Recuerde: Nicaragua no aceptará una respuesta tibia.

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COMO LLEGAR:
Copa Airlines vuela a Managua con escala en Ciudad de Panamá, desde US$981, más impuestos y tasas. Desde Managua, un taxi tarda apenas 30 minutos hasta Granada.

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