HASTA OCHO VECES MAS CARA PUEDE RESULTAR UNA PRESTACION EN DISTINTAS CLINICAS
Hasta ocho veces más cara puede resultar la misma prestación de salud, en las diferentes clínicas de la Región Metropolitana. Así lo mostró un sondeo realizado por La Tercera, que contempló los valores particulares de procedimientos, exámenes y arancel por día cama.
El recorrido incluyó prestaciones usadas en forma recurrente entre los chilenos, las que fueron medidas en 2011 por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). En esa oportunidad, la entidad acusó la existencia de brechas en los aranceles y falta de transparencia en la información que se da a los usuarios.
La mayor diferencia porcentual de precios detectada en el sondeo de este medio -valores que no consideran los descuentos que reciben los usuarios de sus aseguradoras- estuvo en el examen "campimetría por ojo", que detecta problemas en el campo visual. Esto, ya que mientras en la Clínica Vespucio tiene un valor de $ 6.600, en la Clínica Las Condes alcanzó los $ 55.700.
Otro examen fue el hemograma (análisis de sangre), que tuvo una diferencia cercana al 500% entre Las Condes y las clínicas Dávila, Hospital del Profesor y Bicentenario, donde cuesta $ 3.410. Las clínicas Dávila, Hospital del Profesor y Bicentenario también concuerdan en los valores por el examen electrolito plasmático ($ 4.140) y orina completa ($ 2.110). En Dávila no hicieron comentarios sobre el tema, mientras en la Clínica Hospital del Profesor se afirmó que sus precios son bajos y dirigidos a un público de ingresos medios y bajos. En la Clínica Bicentenario se aseguró que sus valores son similares a los cobrados por Fonasa.
El análisis se realizó en los precios de 12 prestadores, de un total de 22 recintos principales en Santiago. En el sondeo también entregaron sus aranceles las clínicas Indisa, Santa María, Clínica UC San Carlos de Apoquindo, Avansalud, Tabancura y Las Lilas. El resto de los centros no dio la información de valores particulares o bien, no podía ser medida en las prestaciones de este sondeo.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que para abordar el tema, se ha trabajado en "paquetizar prestaciones porque las condiciones de salud que más afectan a las personas, frecuentemente, son bastantes pocas y eso permite hacer paquetes y vincular los exámenes de laboratorio a la solución de un problema de salud". Agregó que otra forma de enfrentar el tema es mediante la creación de un plan garantizado de salud en las isapres (proyecto que está en el Congreso).
Sobre la entrega de información al público desde los establecimientos, aseveró que "hay muy poca transparencia". Añadió que la "infinidad de exámenes que se pueden hacer son enormes" y que, "para el consumidor que cada cierto tiempo tiene que hacerse un examen, es bastante difícil encontrar la información de precios".
El presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, planteó que muchos centros basan sus valores en la calidad y la tecnología usada. Sin embargo, añadió que "creo que hay que tender a que los precios sean más homogéneos (…). La ganancia excesiva no tiene una explicación lógica".
REMEDIOS BIOEQUIVALENTES PERMITEN AHORRAR ENTRE $1.000 Y $ 30 MIL AL MES
El costo del tratamiento médico para combatir los principales problemas de salud que afectan a los chilenos varía sustancialmente, dependiendo del producto por el que se opte.
Un sondeo realizado por este medio mostró que la preferencia de un medicamento genérico certificado por el Instituto de Salud Pública (ISP), que contiene el mismo principio activo que el medicamento innovador (original), abarata hasta en $ 30 mil mensuales el bolsillo de los consumidores habituales de productos farmacéuticos, que presentan las patologías más comunes que afectan a la población chilena: hipotiroidismo, presión arterial elevada y depresión son algunas de estas enfermedades, clasificadas como prevalentes según la última Encuesta Nacional de Salud.
A través de un recorrido realizado por La Tercera, donde se compararon los precios de 10 medicamentos para estas patologías, en las tres principales cadenas de farmacias del país se estableció que entre $ 1.000 y $ 30 mil puede ahorrar mensualmente un consumidor habitual de estos remedios.
Al respecto, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, sostuvo que "los medicamentos bioequivalentes mantienen diferencias de 15, 20 o 25 veces con los medicamentos de marca". Agregó que "la promulgación de la ley de fármacos es crucial. Obliga a que las farmacias tengan los medicamentos con bioequivalencia accesible al público, sin posibilidad de inducirlos a que compren los medicamentos más caros, y a que los médicos, además del nombre de fantasía, escriban en las recetas el nombre del genérico, para que la gente pueda hacer este intercambio por medicamentos con calidad demostrada".
De acuerdo con el recorrido de este medio, la diferencia de precios más alta se observó en los productos farmacéuticos para el tratamiento de la diabetes mellitus. Así, mientras una caja de Daonil cuesta, en promedio, $ 15.700, su bioequivalente Glibenclamida tiene un precio de $ 300.
En cambio, en el caso de los remedios para el hipotiroidismo, la brecha de precios se reduce notoriamente. Mientras la caja de Eutirox cuesta $ 9.500, la de su bioequivalente T4-Bagó vale $ 8.000.
Para Gilberto González, presidente de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes (Soched), "a menor precio de un producto, es mayor la posibilidad de que éste pueda llegar a toda la población. La pregunta es si los estudios de bioequivalencia serán suficientes para cambiar las prácticas de prescripción de los doctores en relación con determinadas enfermedades".
Otra brecha importante de precios se observa en los medicamentos para el tratamiento de la hipercolesterolemia leve. La caja de Lipitor tiene un valor promedio de $ 35.400; es decir, $ 24.600 más caro que su equivalente Lipox, avaluado en $ 10.800.
En el caso de los remedios para la presión arterial elevada, mientras la caja de Norvasc cuesta $ 39.100, la de su bioequivalente Lomakare vale $ 16.800.
Pese a estos datos, la presidenta de la fundación de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Mónica Acevedo, advierte que "siempre hay que comunicarle al paciente cuando se le recete un bioequivalente, para monitorear cualquier problema que se presente de efectos colaterales".
Sin embargo, destaca que "desde el punto de vista farmacológico (el innovador) es igual al bioequivalente, entonces su eficacia debiera ser la misma, así es que se puede tomar con seguridad".
En cuanto al tratamiento de la depresión, el remedio original dobla en precio a su equivalente. Mientras que la caja del antidepresivo Lexapro vale $ 31.400, el genérico certificado Neopresol cuesta, en promedio, $ 15.500.
Según la presidenta de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia (Sopnia), María Alicia Espinoza, "hay pacientes que prefieren el medicamento original, porque tiene más antigüedad en términos de uso y se conoce de su eficacia, pero ambos tienen la misma eficacia y seguridad. Lo único distinto es su valor (monetario)".
Tras consultar a las farmacias por la brecha de precios en medicamentos, Ahumada y Salcobrand no dieron respuestas. En el caso de Cruz Verde, informaron que "estamos muy de acuerdo con los productos bioequivalentes, que nos permiten entregarle alternativas más baratas al consumidor".
Según la directora de ISP, María Teresa Valenzuela, "todo medicamento que ha certificado bioequivalencia, tiene garantizada su calidad, eficacia y seguridad, porque ha dado cumplimiento con las buenas prácticas de manufactura y sus procesos de fabricación están validados".
Agregó que "muchos de estos medicamentos son para tratar enfermedades de alta prevalencia, por lo que son una prioridad para la salud pública, dado que impactan a una alta proporción de pacientes".