Su estreno comercial fue recién el 4 de octubre en Estados Unidos, pero Gravedad estaba haciendo noticia mucho antes. Fue alabada por la crítica en su debut en el Festival de Venecia, además de sumar comentarios positivos por su espectacular uso del 3D y lo realista que resulta la visión del director Alfonso Cuarón sobre la convivencia de dos astronautas, interpretados por Sandra Bullock y George Clooney. La cinta tiene el primer lugar de asistencia en Chile, con más de 91 mil espectadores desde su estreno el 17 de octubre y en el mundo supera los 291 millones de dólares en recaudación.
Un día antes del estreno, el veterano astronauta Buzz Aldrin -quien además de ser el segundo hombre en pisar la Luna, fue parte de una caminata espacial-, usó su vitrina como crítico invitado de The Hollywood Reporter, para elogiar los efectos visuales de la película, diciendo que "esta cinta da gran claridad a cómo se ven los detalles de Tierra mirando hacia abajo" y que la dinámica de simulación de cero gravedad era "extraordinaria". Mientras, el astronauta Chris Hadfield -quien se hizo popular al cantar Space oddity, de David Bowie, al hacer su última misión espacial-, comentó que los efectos eran "espectacularmente buenos".
¿Cómo se logró? Cuarón se puso en contacto con el reconocido amante y pionero de la tecnología en los sets de grabación, James Cameron. El director de Avatar y Titanic -quien ha realizado sus propios aportes al mundo de los efectos visuales al desarrollar sus cintas-, le dijo al realizador mexicano que el costo sería de al menos 400 millones de dólares, explicó Cuarón a la revista Dazed. Y ahí encontró su primer problema: el presupuesto final de Gravedad quedó en US$ 100 millones. Pero la respuesta de Cameron fue más esperanzadora que lo dicho por David Fincher (El club de la pelea), quien consideraba que la tecnología simplemente no existía y que se necesitarían varios años para tenerla.
Empecinado por llevar al cine la historia creada por su hijo Jonás sobre esta fallida misión espacial en que los personajes de Bullock y Clooney quedan a la deriva, Cuarón se enfocó en varios puntos importantes de simular: haría que sus actores actuaran como si efectivamente estuvieran en el espacio, la luz que se vería sobre ellos, sumar profundidad a imagen y mostrar de manera adecuada el movimiento.
Reclutando al equipo
Para hacerse cargo de gran parte de los efectos visuales, algo que está presente en un 80% de la cinta, Cuarón eligió al especialista en efectos visuales Tim Webber (Avatar) de la empresa Framestore, a cargo de un equipo que incluso tuvo que tomar clases de física para dar realismo a detalles que van desde lo que se ve reflejado en los cascos que protegen las cabezas de los astronautas. Este equipo y el director de fotografía de la cinta, Emmanuel Lubezki (El árbol de la vida), debió investigar información de la Nasa para recrear la luz en el espacio. Según Webber explicó a The Hollywood Reporter, estando en órbita el día dura apenas 90 minutos y no las 24 horas usuales. Por lo tanto, además de lo que ya estaba programado en la imagen virtual, se usaron cajas de luz especiales con 4.096 focos.
Para dar profundidad a la imagen, las tomas generadas en computador se grabaron en 3D, mientras que a los actores se les registró en 2D, pero luego eso se transformó a tercera dimensión. Algo importante, pues según dijo Cuarón a The Huffington Post, "la cámara es un tercer personaje que es el punto de vista del público. De manera que la audiencia viva esta experiencia junto a los personajes". El sonido también debió simularse, ya que tiene un comportamiento diferente: para dar con una textura diferente, hasta se probó con guitarras bajo el agua.
En cuánto al factor gravedad, en vez de trabajar frente a una pantalla verde los actores debieron grabar en una cabina en la cual estaban rodeados de cámaras y "flotaban" en el aire gracias a un arnés especial que servía para que los movieran según lo necesitaba cada escena. Algo un tanto más sofisticado que lo que planteaba el especialista del área en Warner Bros, según dijo Cuarón a Dazed, pues consideraba que la cinta debía poder filmarse con los actores sentados en una silla de oficina y que luego el equipo de efectos hiciera magia.