A pesar del despliegue de la Guardia Nacional en la localidad de Ferguson en Estados Unidos, este lunes se vivió una de las noches de disturbios más duras desde el comienzo de las protestas hace algo más de una semana, a raíz de la muerte de un joven afroamericano desarmado a manos de un policía.

Centenares de manifestantes volvieron a ocupar la Avenida West Florissant de Ferguson, epicentro de las protestas, en una concentración que comenzó pacífica y terminó con enfrentamientos.

Producto de estos varias personas fueron arrestadas, y durante la noche se registraron varios heridos. El personal de seguridad, utilizó gases lacrimógenos y bombas de humo para dispersar la protesta, informaron los medios locales.

La tensión escaló a partir de las 22.00 hora local (03.00 GMT), cuando la Policía comenzó a avisar a los manifestantes de que debían despejar la calle si no querían ser arrestados, después de que varias personas lanzaran cócteles molotov, botellas y otros objetos contra los agentes.

Casi dos horas después, justo antes de la medianoche en Ferguson, los agentes empezaron a avanzar hacia los manifestantes, ataviados con material antidisturbios y alertando a través de los altavoces de que el área dejaba de ser segura, la gente debía volver a sus casas y los periodistas debían salir de la zona de las protestas. 

La mayoría de los manifestantes atendieron la orden, aunque un grupo de personas -menos de cien- se resistió y en ese momento se sucedieron los arrestos, que superaron la decena, según los medios locales.

Algunas de las personas que participaron en la protesta aseguraron en las redes sociales haber escuchado el sonido de disparos y la cadena Fox informó de que al menos una persona había resultado herida de arma, en una mano.

A la 1.00 de la madrugada hora local (6.00 GMT) la zona de protestas estaba bloqueada con barreras y por agentes, de manera que algunas personas encontraron problemas para abandonar el lugar con sus vehículos.

A lo largo de la noche el fuego también fue protagonista: los manifestantes lo usaron para evitar el avance de la policía y al menos un edificio estuvo en llamas.

La decisión de desplegar la Guardia Nacional, la milicia estatal que suele movilizarse en catástrofes naturales y también para afrontar situaciones de desorden público, no sirvió para calmar la situación en Ferguson en la novena jornada de protestas tras la muerte del joven Michael Brown el sábado día 9.