El gobierno griego empieza este viernes a  negociar una reducción de la deuda con sus socios de la Eurozona, presionado  por las advertencias de Francia y Alemania, que temen por su exposición.

El jefe de los ministros de Finanzas de la Eurozona, el holandés Jeroen  Dijsselbloem, se reunirá en Atenas con el primer ministro griego, Alexis  Tsipras, y poco después con el titular de Finanzas, Yanis Varoufakis.

Después de dos planes de rescate internacionales de un total de 240.000  millones de euros, el ejecutivo griego quiere negociar una reducción de su  deuda (175% del PIB) y una salida de las medidas de austeridad aparejadas a  dicha asistencia. 

Grecia ha dicho que las negociaciones empezarán realmente este viernes con  la visita de Dijsselbloem.

El ministerio de Finanzas espera que las conversaciones marquen el inicio  de "un acuerdo viable y global para reconstruir nuestra economía social". Con  todo, Tsipras advirtió el jueves que las negociaciones "llevarán tiempo".

Según indicó a la prensa una fuente del gobierno, el equipo de Tsipras  quiere una eliminación de "la mayor parte de la deuda", "una moratoria sobre  los intereses" y reembolsar lo debido en función del crecimiento económico del  país. 

El gobierno desea también que se excluyan de los objetivos de déficit las  inversiones públicas, y revisar a la baja "los objetivos irrealistas" de  excedente fiscal primario fijados hasta 2020, es decir el excedente sin tener  en cuenta los intereses de la deuda.

LA EUROZONA, MUY EXPUESTA
En su visita el jueves a Atenas, el presidente del Parlamento Europeo,  Martin Schulz, se mostró conciliador tras su encuentro con Tsipras, y aseguró  que "Grecia busca una solución en común con su socios" de la Eurozona.

El gobierno griego dejó claras sus intenciones desde el miércoles,  anunciando una lluvia de medidas contrarias a las reformas y recortes dictados  desde 2010 por la troika de acreedores, la UE, el Banco Central Europeo y el  Fondo Monetario Internacional.

En virtud de los rescates, los socios de la Eurozona (integrada por 19  países) tienen una exposición de 200.000 millones de euros a la deuda griega, a  través de un fondo común y de préstamos bilaterales.

Por eso, tanto la Comisión Europea como Francia y Alemania, los dos países  más expuestos, no paran de advertirle a Atenas que deberá tener eso muy en  cuenta.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, el órgano ejecutivo de la  UE, dijo al diario francés Le Figaro que "no se plantea eliminar la deuda"  griega, aunque "sea posible hacer algunos arreglos".

En la misma línea, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, excluyó  también una anulación de la deuda, y dijo que lo que sí es posible es aminorar  la carga de ésta.

"Hablar de la deuda, de acuerdo, para aliviar la carga. Pero anular la  deuda, no, porque eso equivaldría a transferir el peso del contribuyente griego  al contribuyente francés", dijo el ministro ante el Senado francés.

El vicecanciller de Alemania, Sigmar Gabriel, dijo que espera que Grecia  cumpla con sus compromisos de reformas y disciplina fiscal, adoptados a cambio  de la asistencia internacional.

Sigmar Gabriel, que también es ministro de Economía, criticó además la  decisión del gobierno griego de parar varias privatizaciones, entre ellas la de  la sociedad gerente del puerto del Pireo.

Pekín criticó igualmente dicha decisión, ya que el conglomerado chino COSCO  era candidato para la adquisición en el Pireo, donde ya tiene dos terminales.

Mientras tanto, la bolsa de Atenas seguía recuperándose este viernes y  hacia las 09H00 GMT ganaba un 1,6%, tras cerrar la víspera con una subida de  3,16%.

Los cuatro mayores bancos del país, que perdieron un cuarto de su valor el  miércoles tras los primeros anuncios del gobierno, subían este viernes entre un  6 y un 12%.