El Presidente de Grecia, Carolos Papulias, y los jefes de los partidos políticos decidieron que el país celebrará nuevas elecciones legislativas el 17 de junio, las segundas en menos de dos meses, situación que genera nerviosismo en los mercados y multiplica las dudas en la zona euro, según AFP.

Además se nombró un gobierno "de servicio"  (temporal), que estará dirigido por el presidente del Consejo de Estado, Panayotis  Pikramenos, de 67 años. Esto se produce tras varios días de fallidas negociaciones para formar un gobierno salido de los comicios del 6 de mayo.

Estas nuevas elecciones, en las que es gran favorita la izquierda radical de Syriza contraria a las medidas de austeridad, reavivó las tensiones sobre el  futuro de la zona euro y los temores de un abandono por Grecia de la moneda  única, si Atenas reniega sus compromisos de ajuste presupuestario y de reformas estructurales.

El nuevo presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana,  Angela Merkel, confirmaron ayer su deseo de que Grecia se "mantenga en el  euro", y se declararon dispuestos a examinar la adopción de medidas de  crecimiento, si así lo pide Grecia.

Pero el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, rápidamente matizó  el mensaje.

El plan de ayuda a Grecia, financiado por la Unión Europa (UE), el Banco  Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exige a  cambio austeridad al país, "no se puede renegociar", sentenció Schauble.

"Es un programa de ayuda preparado de forma minuciosa y no se puede  renegociar", declaró a la radio Deutschlandfunk. "Aquellos que ganen las  elecciones (griegas) deberán decidir si aceptan estas condiciones o no",  advirtió.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, abundó en ello  este mismo miércoles. "De ninguna manera" modificaremos los compromisos que le  exigimos a Grecia, señaló en conferencia de prensa.

Por su lado, el presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, afirmó que una salida de Grecia del euro sería un "error mayúsculo" y  una "mala noticia" en un momento en que España, bajo la presión de los  mercados, preocupa a los inversores.

El problema es que, según los resultados de las elecciones griegas del 6 de  mayo, todos los partidos griegos, incluso socialistas y conservadores aliados  en el gobierno saliente, y anuentes ante las recetas UE-FMI, abogan en algunos casos por "renegociar", en otros por "enmendar" o incluso "liberarse" de las  medidas dictadas al país.

Syriza habla abiertamente de "anular" las medidas de rigor impuestas por la  UE y el FMI a cambio de multimillonarios préstamos al país.

En el ámbito interno griego, el vocero del gobierno saliente, Pantelis  Kapsis, no veía razones para el optimismo: "La economía está en quiebra (...),  no hay que hacerse falsas esperanzas con François Hollande", afirmó, aludiendo  a la posibilidad de que el nuevo jefe de Estado francés logre flexibilizar algo  el rigor alemán.

La prensa griega también reflejaba la gravedad de la situación. Ethnos  (centro-izquierda) titulaba este miércoles: "Elecciones en un campo de minas",  y resumía así la situación: "El resultado de estas elecciones es determinante  para la permanencia del país en la zona euro".