El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se entrevista el miércoles en Atenas con el primer ministro Antonis Samaras, preludio de una batalla diplomática griega para aliviar las duras medidas de austeridad que se imponen al país.
Esta visita se produce un día antes de una crucial cumbre el jueves en Berlín de la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande en la que será debatida una eventual flexibilización de las medidas exigidas a Atenas, a cambio de su rescate financiero.
Samaras viajará el viernes a Berlín, y el sábado a Paris para entrevistarse con Merkel y Hollande sobre la prórroga deseada por Grecia: postergar hasta 2016 el retorno al equilibrio presupuestario, hasta ahora previsto en 2014.
"Lo único que queremos es un poco de aire para respirar, para poner de nuevo en marcha la economía y aumentar los ingresos del Estado. Más tiempo no significa automáticamente más dinero", afirmó Samaras, en entrevista publicada el miércoles por el diario alemán Bild.
Varios analistas consideran sin embargo que, en caso de prórroga, Grecia necesitaría fondos suplementarios por un importe de 20.000 a 60.000 millones de euros.
Samaras y su ministro de Finanzas Yannis Stournaras va a tantear el terreno en la zona euro durante su encuentro con Juncker, previsto a partir de las 14H30 GMT.
El presidente del Eurogrupo es considerado en Atenas como afín a las tesis griegas, ya que ha defendido siempre la permanencia del país en la zona euro.
"Creo que Grecia redoblará su esfuerzos para respetar sus compromisos, no hay motivo para contemplar una salida del país" de la eurozona, dijo Juncker el sábado a un diario austríaco.
"Samaras busca el apoyo de Juncker", titulaba el miércoles el diario liberal griego Kahimérini, y destacaba que para demostrar su buena fe, el primer ministro iba a "presentar nuevos planes de ahorro, prueba de la determinación del país a respetar sus compromisos".
Grecia debe economizar 11.500 millones de euros (14.250 millones de dólares) para 2013 y 2014 mediante recortes presupuestarios drásticos y reformas estructurales, lo que le permitiría recuperar retrasos sufridos en su ajuste presupuestario.
Para los acreedores del país (la troika UE-FMI-BCE), estas medidas de ahorro son una condición previa para desbloquear 31.500 millones de euros en préstamos a Atenas, bloqueados desde hace meses.
Pero Alemania rechaza por el momento una renegociación del plan de ayuda y se limitó a repetir las últimas semanas que no decidirá nada antes de la publicación de un informe de la "troika" de los acreedores internacionales.
La posición de Francia parece más flexible. Además, una prórroga está explícitamente prevista, en el acuerdo suscrito por Atenas y sus acreedores, "en caso de recesión significativamente más profunda de lo esperado".
Atenas prevé para 2012 --quinto año consecutivo de recesión-- una caída del PIB del 7%, mucho más que el 4,5% anticipado.
Después de dos años y medio de una dura política de austeridad, los sindicatos griegos reaccionaron llamando a una gran manifestación el 8 de septiembre en Salónica, al norte del país, contra unas medidas "injustas e impopulares".