Habían pasado pocos minutos desde la renuncia del diputado

Ernesto Silva

a la presidencia de la UDI,

y al

interior del partido ya se instalaba con fuerza el debate sobre quién será su sucesor.

El que reemplace a Silva tendrá la compleja misión de liderar una colectividad que pasa por una de sus crisis más severas, y que aún debe enfrentar la investigación de la arista política del caso Penta, además de posibles coletazos por la indagatoria a la empresa Soquimich.

Así, ayer se barajaron varios nombres como posibles alternativas. Uno de ellos es el de Andrés Chadwick. Fuentes de la colectividad comentan que -a diferencia de Silva- el ex ministro no tiene relación con el caso Penta, ni tampoco corre el riesgo de ser vinculado a Soquimich. Además, al no haber ocupado anteriormente la presidencia del partido, tampoco le ha tocado cumplir el rol de "recaudador de fondos" para candidaturas.

Su nombre, eso sí, genera dudas en algunos personeros, debido a su cercanía con Sebastián Piñera. Así, algunos militantes temen que una posible presidencia de Chadwick pueda significar "entregarle en sus manos" el partido al ex mandatario.

Otro de los mencionados es el senador Hernán Larraín. En el gremialismo comentan que su perfil se ajusta a un momento político como el actual, donde los casos Penta y Caval han puesto en entredicho a la clase política. En este contexto, el tradicional discurso de Larraín, quien siempre ha apuntado a destacar la transparencia y la probidad, se convierte en un activo relevante.

Según se comenta, el senador estaría dispuesto a asumir el desafío de liderar el partido. "Hay que buscar a quien creamos que es el mejor, y no soy yo el que voy a autoproclamarme como el mejor", afirmó ayer al ser consultado.

Sin embargo, su punto en contra es la mala evaluación que tienen algunos dirigentes sobre su gestión al mando de la colectividad entre 2006 y 2008. Además, Larraín no contaría con el respaldo del también ex timonel Juan Antonio Coloma.

Otro nombre que surgió fue José Antonio Kast. En la UDI afirman que el diputado sería la carta de Ernesto Silva para sucederlo, y cumpliría con mantener la tesis de la "renovación de liderazgos". Sin embargo, su figura también genera cierta resistencia interna, debido a su rol como secretario general de la directiva anterior, cuando debió "bajar" varias candidaturas, lo que dejó algunos heridos en el camino. De hecho, cuando su nombre fue incluido en la lista de Silva, provocó el rechazo de algunos personeros.

Uno que cuenta con el apoyo de dirigentes de regiones es el senador Víctor Pérez. Fue justamente él quien empujó la decisión de Silva de renunciar. Sin embargo, ayer fue consultado sobre esta posibilidad y afirmó que "no soy candidato a nada y no estoy disponible", aunque recalcó que "trabajaré para buscar un acuerdo y una estrategia que nos interprete a todos".

Finalmente, en la lista también aparece al alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza. El edil concita el respaldo de un sector de la UDI, aunque él mismo ha expresado que no tiene interés de dirigir el partido.