El martes 22 de agosto, a las 11:20 de la mañana, Andrea Moncada (42) preparaba su desayuno cuando recibió un llamado del SAMU avisándole que su hija Andrea (15) estaba siendo trasladada al Hospital San Juan de Dios.
Moncada se fue inmediatamente al centro hospitalario y llegó incluso unos minutos antes que la ambulancia y vio llegar a su hija en una camilla, convulsionando. "Me desesperé. Le preguntaba qué había pasado pero no abría sus ojitos. Le decía: 'Hija háblame, estoy aquí', pero no reaccionaba", recuerda la madre, quien después se dio vuelta y observó bajar a un joven de la ambulancia. A él nunca lo había visto ni sabía quién era.
Al ingresar al hospital, la paramédico le informó a Moncada que su hija había sido trasladada porque su pololo llamó a la ambulancia tras ver a Andrea convulsionar después de fumar marihuana. Ella contestó que la joven no tenía pololo y que menos consumía drogas. "Era una niña tranquila", dice ahora y explica: "Ella nunca nos comentó que había conocido a este joven por Facebook".
¿Notó algo inusual esa mañana en que se fue al colegio?
Ese día sólo llevó su uniforme y maquillaje. Nada más. Nunca nos comentó que se iba a juntar con él. Como todos los días, se despidió y salió a las 7:20 de la mañana. 'Chao hija, que te vaya bien. Estudia', fue lo último que le dije.
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El término grooming es definido como un abuso sexual virtual y ocurre cuando un adulto se crea un perfil falso y se pone una edad menor a la real. De este modo los groomers (apodo que reciben los pedófilos que lo practican) consiguen acceso y contacto con jóvenes y niños en redes sociales para obtener material pornográfico.
"Se caracteriza principalmente por el engaño y la seducción que se da en un contexto donde el menor no sabe con quién está hablando", explica Pía Barrera, subcomisaria de la Brigada Investigadora del Cibercrimen Metropolitana de la Policía de Investigaciones (PDI). "Para ellos (groomers) es importante obtener material pornográfico nuevo porque lo que existe en la deepweb es antiguo y ya conocido por los pedófilos. Algunos más avezados llegan a reunirse con los menores y abusar sexualmente de ellos", agrega.
Según los expertos, para un adulto es difícil comprender por qué un menor podría aceptar a un desconocido en sus redes sociales, ya que el primer grupo busca mantener su intimidad, pero en el caso de los niños y adolescentes ocurre todo lo contrario, ya que ellos forman su identidad a través de la imagen, aceptación y valoración de los demás en redes sociales.
En Chile el término se escuchó por primera vez en el 2008, tras un bullado caso en la prensa, donde un joven de Maipú se creó dos cuentas falsas en el chat de Messenger, con la finalidad de ganarse la confianza de una menor de su misma cuadra. Luego, éste le propuso mantener una relación sentimental para así obtener imágenes de ella a través de conversaciones por cámara web. Desde ese primer caso las redes sociales y el acceso de los menores a la tecnología no ha hecho más que expandirse y, según cifras de la PDI, las investigaciones y denuncias por grooming han aumentado más de un 200 por ciento en los últimos seis años. En el 2010 se realizaron 175 investigaciones y 27 denuncias, y el año pasado fueron 393 investigaciones y 93 denuncias.
Barrera cree que el aumento de los casos se debe a que efectivamente el mayor acceso a internet permite que cualquiera pueda crearse un perfil falso pero también a que los padres están más conscientes de los peligros que existen en la red, por lo que denuncian más. "Los casos no denunciados son parte de las cifras negras porque muchos delitos quedan en la oscuridad. Esto se debe a que el proceso legal es muy engorroso, ya que involucra entrevistas y declaraciones", cuenta.
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Tras ingresar la menor al hospital, Moncada se acercó al joven que venía con su hija en la ambulancia. Dice que inmediatamente sintió desconfianza. "¿Quién eres tú?, ¿qué le hiciste?", le preguntó en un pasillo que da al estacionamiento de las ambulancias. "'Nada, sólo fumamos marihuana', me respondió con una actitud despreocupada. Tenía sus brazos cruzados y el gorro de su polerón puesto", relata la madre.
Steve Sánchez Collazos (21), de nacionalidad peruana, es la persona que ese día acompañaba a Andrea y que se presentó como su pololo. Según el relato de Sánchez a la 35 Comisaría de Delitos Sexuales de Carabineros, se habrían conocido por Facebook y mantenían una relación de pareja. Andrea no le contó a su familia sobre su relación, pero sí a sus amigas del colegio. "Estaba feliz", dice una compañera de su curso.
Ese 22 de agosto, Andrea salió de su casa simulando que se iba a clases, pero nunca ingresó al Liceo Emilia Toro de Balmaceda. De acuerdo a sus compañeras, ella se iba a juntar en la entrada del colegio con Sánchez, quien le pidió que lo acompañara a su casa en Quinta Normal con la excusa de que le presentaría a sus padres. En el lugar, según el relato del joven a Carabineros, ambos habrían fumado marihuana y tenido relaciones sexuales.
"Pienso que Andrea estaba expectante de conocerlo. No sé qué habrán hablado, a lo mejor él le pintó algo bonito y ella como niña chica, le creyó", comenta la madre. "Ella nunca había pololeado, no salía mucho y no andaba sola. Siempre del colegio a la casa y viceversa. Era inocente, no como algunas niñas de su edad que ya han pololeado y pasan en carretes", agrega.
Moncada asegura que su hija no pasaba mucho tiempo en las redes sociales, incluso su celular estuvo malo por un tiempo y su computador, roto. "Llegaba del colegio y almorzábamos juntas. Solía contarme cómo le iba en sus estudios, pero nada de esta relación".
Las amigas dicen que notaron inquieta a Andrea la última semana, siempre atenta a su celular. Incluso, algunas dicen haber visto varias veces a Sánchez dejándola en la entrada del colegio y besándola.
Luego, en el hospital, se comprobó que Andrea presentaba lesiones de violación, por lo que Carabinero detuvo a Sánchez. Un examen toxicológico también mostró que Andrea había consumido una alta dosis de anfetaminas. Sánchez fue detenido pero él insistió en su versión: que era el pololo, que sólo fumaron marihuana y tuvieron relaciones consentidas.
En la formalización de Sánchez, la fiscal Tamara Meneses explicó que el ilícito de violación se produjo porque "el imputado se aprovecha de que ella queda inconsciente, por lo que no tuvo posibilidades de oponerse o tener conciencia de esta agresión", estableciendo el delito. También relató la fiscal que el joven ya contaba con una denuncia por violación a una menor de 13 años en San Felipe y otra por abuso sexual a una joven de 14 años en Maipú. Ambas causas se encuentran en un proceso de investigación y las dos víctimas aseguran que fueron contactadas inicialmente a través de las redes sociales. Actualmente, Sánchez está en prisión preventiva en el penal Santiago Uno, mientras dura la investigación de 60 días.
Néstor Pérez, abogado de Sánchez de la Defensoría Penal Pública, asegura que los jóvenes tenían una relación y que su defendido no le mintió sobre su edad. Además, explica que: "A él se le formalizó por violación. En la carpeta de investigación no está el tema de suplantación de identidad".
También descarta la intoxicación por anfetaminas, debido al relato de Sánchez, y asegura que "toda esa especulación partió porque Steve es extranjero". El abogado además dice que Andrea había asistido al recinto hospitalario previamente por otros episodios de convulsiones. La familia lo desmiente.
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Andrea Moncada junto a la foto de su hija.
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Una de las cosas que le han llamado la atención a la subcomisaria Barrera de los casos recientes de grooming es que los pedófilos que establecen los contactos con menores son más jóvenes que antes: "Ya no nos encontramos con la imagen típica de la persona mayor de 60 o 70 años, hoy vemos a personas de 25 o 21 años que buscan a menores de 13 años", cuenta y explica que de cada diez detenidos, la mitad tiene menos de 30 años. "Uno esperaría que a esa edad estén buscando relaciones con sus pares, pero nos hemos dado cuenta que estas personas tienen dificultades para relacionarse y buscan refugiarse en la intimidad de la web, para así tener contacto con menores y controlarlos", agrega.
Así es más fácil para los groomers manipular a un menor, ya que se manejan en un mundo digital conocido para ellos, y muchas veces obtienen información de sus víctimas con las que luego pueden extorsionarlas para recibir más material pornográfico. "Los niños caen en un círculo y comienzan a dar más material para que sus papás o amigos no descubran el error que cometieron. Hemos tenido a niños de siete años que sí se dieron cuenta que estaban mal", comenta la subcomisaria.
Una de las principales recomendaciones que entrega Barrera es que los padres estén al día de las nuevas tecnologías, de cómo se manejan las redes sociales y de sus mensajes internos. "El 90 por ciento de los padres que hacen las denuncias, reconoce no saber manejarlas, los que les juega en contra en este tipo de situaciones", dice.
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Ese mismo día, Andrea fue trasladada, en estado de extrema gravedad, a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital. Cerca de las dos de la mañana la menor cayó en coma y tras cuatro días internada, el sábado 26 de agosto, murió. El fuerte consumo de drogas hizo que convulsionara, provocando una falta de oxígeno en su cerebro y produciéndole una inflamación en su cerebro que terminó con su vida.
La tarde del martes 29 de agosto la carroza fúnebre ingresó en el cementerio Parque El Matinal, en Maipú, acompañada por más de 40 autos y 10 buses lleno de escolares, todos decorados con globos morados, rosados y blancos, los colores favoritos de la adolescente.
"Es terrible perder a un ser querido, pero es más terrible aún que unos papás pierdan a su hija, sobre todo en las condiciones en que se nos fue la Andreíta. Sólo espero que descanse en paz, que se haga justicia y que caigan todos los males posibles sobre la persona que hizo esto", dijo un tío en el funeral.
Mientras decenas de niñas dejaban flores sobre el ataúd, Moncada miraba una foto de su hija, en medio de los abrazos que intentaban consolarla. En el momento en que comenzó el entierro, los globos de colores fueron soltados al cielo. Desde el fondo de la escena se escuchó el grito de la madre: "Justicia, por favor".
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Velatón por Andrea en Plaza Italia.
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"El grooming llegó para quedarse", así dice Marcela Concha, abogada de la familia de Andrea, y también conocida como la "abogada de los niños" por tomar causas que involucran a menores abusados sexualmente en situación de vulnerabilidad. En los próximos días la defensora se querellará contra Sánchez por los delitos de violación y homicidio por los que arriesgaría hasta 20 años en la cárcel.
Pero el escenario actual del grooming en Chile es incierto, ya que no existe como delito en la legislación chilena, es decir, no existe ningún artículo en que castigue a los adultos por contactar a menores de edad en redes sociales. Sí está penado por la ley, bajo el delito de abuso sexual impropio y propio, el solicitar, guardar y enviar fotografías íntimas de niños y exponerlos a una situación de connotación sexual. Junto con reunirse con ellos.
"Si un groomer no incita a un niño a desnudarse, a que le envíe fotos o a que se junte con él, no habrá delito porque sólo lo contactó. La policía tendría que averiguar si guardan material pornográfico para poder tipificarlo como un delito", explica la abogada Concha.
De hecho, perseguir este problema puede entrar en conflicto con otros derechos y normas que actualmente se tramitan: en mayo de este año, la Cámara de Diputados aprobó, y despachó al Senado, un proyecto de ley que establece el Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez, enfatiza en el punto de autonomía progresiva de los menores, que "todo niño tiene derecho a desarrollar su vida privada, a gozar de intimidad y a mantener comunicaciones sin injerencias arbitrarias o ilegales y los padres deben respetar este derecho, promover y orientar su ejercicio, y protegerlos de cualquier quebrantamiento ilícito de su intimidad". Es decir, podría prohibir a los padres revisar las redes sociales de sus hijos.
Karla Rubilar, diputada e integrante de la Comisión de Familia, comenta que este punto se debe aclarar lo más pronto posible, ya que "según la ley, como está redacta hoy, podría ser interpretada de que los padres no tienen ninguna posibilidad de acceder a las redes sociales o que el niño podría alegar, bajo el amparo de esta ley, que los papás no tienen derecho a revisarle sus cosas porque él niño tiene derecho a una vida privada". La abogada Concha coincide con la diputada y agrega: "No debemos olvidar que los adolescentes, y de ahí proviene el origen de la palabra, adolecen de las herramientas para reconocer un riesgo".
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Sentada en un escritorio café, evidentemente cansada, Andrea Moncada relata sus últimos días. "Espero que le den la mayor cantidad de años. No sólo por mi hija, también por las otras dos jóvenes que también fueron víctimas", dice la mamá mientras mira a Catalina (3), hermana de Andrea, quien sonríe y juega a su alrededor. "Recién hoy está más tranquila. Los otros días se despertaba llorando".
Moncada aún no se explica cómo sucedió todo. Se cuestiona por no haber podido manejar la situación, pero también habla de lo difícil que es hoy conversar y mantener una comunicación fluida con una adolescente de 15 años. "Si me hubiese dicho: 'Mamá, estoy conociendo a alguien por Facebook', le habría dicho que quizás no le conviene o que no corresponde de esa forma", dice.
La madre también cuenta que ella nunca revisó el celular de su hija, pero que sí la veía tomarse fotos, grabar videos de canciones y conversar con sus primos por WhatsApp. Incluso varias veces le preguntó y trató de ver con quién se estaba comunicando, pero Andrea no la dejaba.
"Las amigas se me acercaron en el funeral y me contaban que ella las ayudaba y aconsejaba, pero si aconsejaba a los demás, cómo no se dio cuenta de que estaba mal lo que hacía, por qué no lo contó. Sus amigas sabían que tenía una relación por Facebook, pudieron haberle advertido del peligro o haberme contado a mí. Por último, acompañarla ese día en que se juntó con el tipo. Las amigas deben aconsejarla para bien o para mal, pero tiene que estar siempre ahí".
¿Qué cree usted que pueden hacer los papás en estas situaciones?
No pueden hacer mucho porque los jóvenes de hoy se mandan solos y cuidan mucho su privacidad, les ponen claves a los celulares para que uno no se meta. Creo que lo mejor es fijarse más y que los niños tengan más confianza en los padres. Me hubiese gustado que Andrea me contara lo que estaba sucediendo.
¿Ese es su gran dolor?
Ella siempre fue como hija única, estábamos todo el día juntas y que no me contara es el dolor más grande que tengo.
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Andrea Moncada.
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¿CÓMO EVITARLO?
La Policía de Investigaciones (PDI) recomienda los siguientes puntos para evitar una situación de grooming:
Consejos para niños y jóvenes:
- No agregar a gente desconocida en tus redes sociales.
- No publicar ni entregar a desconocidos tú número de WhatsApp o datos personales. No enviar fotos o videos íntimos o mostrarse a través de la webcam.
- No creer todo lo que sale en internet.
- No aceptar un casting por webcam o entradas de regalo por internet.
- Confiar en los padres o profesores. Contarles si estás siendo acosando (a), si te sientes incómodo(a) por
- algo que viste o si te están pidiendo algo por Internet.
Consejos para padres:
- Involucrarse con las nuevas tecnologías.
- Conocer las redes sociales en las que están interactuando sus hijos(as).
- Generar la confianza con sus hijos(as) y explicarles sobre los riesgos de las redes sociales y juegos en línea.
- Tener presente que el riesgo no sólo está en el computador, sino en todo dispositivo que está conectado a internet (smartphones, tablets, etc.).
- Estar atento a los cambios conductuales de los menores, tales como berrinches o pataletas.
- Tener en cuenta que si una fotografía es puesta en internet, puede ser divulgada en cualquier parte.
- En caso de realizar una denuncia, tener a mano los datos técnicos como dirección de URL del perfil de
- Facebook, sin importar si es falso, número de teléfono del WhatsApp que los contactó, no borrar las conversaciones ni formatear el celular.