Groserías y ofensas a los chilenos: Rutinas de Jorge Alís y Los locos del humor acumulan denuncias en el CNTV

Un promedio de 3 improperios cada 5 minutos marcan las rutinas humorísticas del Festival. Los términos considerados como ofensivos llegaron a 75 en la actuación de Jorge Alís y 39 en los Locos del Humor. No se registraron en el show de Ruddy Rey.




Una de las polémicas que ha marcado el Festival de Viña 2014 fue la denuncia que efectuó el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) contra la rutina de los Locos del Humor, que se presentaron en la primera noche del Festival.

Además de ese reclamo, que ya es analizado por el Departamento de Supervisión de la entidad, el Consejo ha recibido nueve denuncias de la gente por el contenido de la rutina de los humoristas que abrieron el certamen. A eso, se suman siete otras por la rutina del argentino Jorge Alís, las que aluden incluso a ofensas a los chilenos y otras, a insultos hacia el presidente Sebastián Piñera.

Frente a la reacción del organismo regulador, La Tercera realizó una radiografía de las actuaciones de Jorge Alís, los Locos del Humor y Ruddy Rey para detectar sus "groserías".

"Hijo de Puta", "Maracas", "Imbécil" y una serie de alusiones a los genitales fueron parte de los improperios utilizados en las rutinas que alcanzaron un promedio de tres palabras vulgares cada 5 minutos.  

75 improperios, que incluyen términos con referencia a las madres, genitales y otros insultos (se excluyeron la palabra "huevón" y sus derivados), fueron parte de la exitosa presentación de cerca de una hora de Jorge Alís sobre el escenario de la Quinta Vergara. En el caso de los Locos del Humor los improperios sumaron 9 a los cinco minutos de rutina y el número llegó a 39 hacia el final de su actuación. Mientras que la rutina de Ruddy Rey no registró insultos o términos ofensivos.

A la vez, Ruddy Rey basó casi la totalidad de sus canciones y actuación en temáticas sexuales y en menor medida en el consumo de drogas. Los Locos del Humor, por su parte, recurrieron constantemente al humor negro, deteniéndose sobre todo en el consumo de drogas como cocaína y en actos sexuales, mientras que la rutina de Jorge Alís se trató más bien de una radiografía de cómo son los argentinos y chilenos cotidianamente y sólo mencionó en escazas ocasiones actividades relacionadas al sexo.

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