El grupo financiero holandés ING logró volver a escribir números azules en el segundo trimestre, aunque se vio afectado por las actividades de su división bancaria y ganó menos de lo esperado por los expertos, informó hoy el banco en Amsterdam.
Entre abril y junio, el banco registró un superávit de 71 millones de euros (US$100,4 millones), frente a los casi 2.000 millones de euros que había ganado en el mismo periodo del año anterior, cuando aún no se había agudizado la crisis financiera.
Los resultados suponen un considerable avance respecto al primer trimestre del año, cuando el banco registró pérdidas de 793 millones de euros (US$1.120,9 millones). ING apuntó números rojos en los tres trimestres anteriores.
Las cifras, sin embargo, decepcionaron a los analistas, que esperaban que el grupo cerrara el trimestre con un beneficio neto de 275 millones de euros.
El director ejecutivo, Jan Hommen, explicó que "un entorno de tasas de interés más favorables y márgenes de ahorro mejorados" contribuyeron a que el banco cerrara el trimestre en positivo, si bien "las ventas de productos relacionados con la inversión siguieron poco animadas".
Las amortizaciones vinculadas con inversiones inmobiliarias costaron a ING 204 millones de euros, en tanto que las pérdidas crediticias alcanzaron los 852 millones de euros.
La institución no pagará este año dividendos debido a la difícil situación que vive. Al mismo tiempo anunció que ha completado un programa para eliminar 8.219 puestos de trabajo, por encima de los 7.000 previstos para todo 2009.
ING fue uno de los tres grandes bancos holandeses que recibió el apoyo del gobierno ante la llegada de la crisis financiera al país.