En una carta divulgada por una web en mandarín prohibida en China, un grupo vinculado a la corriente izquierdista del Partido Comunista chino (PCCh) pidió que el ex dirigente Bo Xilai, uno de los principales defensores de la vuelta al maoísmo, no sea expulsado esta semana de la Asamblea Nacional Popular (ANP), que es máximo órgano legislativo.
"Sería legalmente cuestionable y políticamente motivado", reza la misiva, divulgada y dirigida al Comité Permanente de la ANP, que se reunirá del 23 al 26 de octubre para examinar "la condición de miembro de ciertos delegados", según Xinhua.
Si es expulsado de la ANP, Bo, que ya fue expulsado del PCCh, perdería la inmunidad y podría ser juzgado por delitos de corrupción y abuso de poder, entre otros. Para los firmantes de la carta, que no se identifican, el hecho de que el Partido rechace debatir "de forma pública" las acusaciones contra Bo suscita dudas sobre "su verdadera naturaleza".
"¿Cuál es el motivo que han ofrecido para expulsar a Bo Xilai? Por favor, investigad los hechos y las pruebas", se dice en el texto.
Bo, ex líder del PCCh en Chongqing, protagoniza el mayor escándalo de la política china en décadas, que estalló en febrero pasado, cuando su entonces jefe de Policía, Wang Lijun, intentó refugiarse en un Consulado de EEUU para revelar la mala praxis de Bo y vincular a su esposa, Gu Kailai, al homicidio de un empresario británico.
A raíz de ello, Gu cumple una pena capital suspendida (en la práctica, cadena perpetua) por la muerte del empresario Neil Heywood, mientras que Wang fue sentenciado a quince años de cárcel.
Los firmantes, de los que se desconoce si son miembros del Partido, instan al Parlamento a que se dedique "a promulgar leyes" y que no actúe movido por "razones personales o políticas". "¿Es acaso todo esto una gran broma que estamos gastando al mundo cuando le hemos dicho a la gente de izquierda, derecha y centro que somos un país regido por la ley?", ironiza el texto.
La web "Red China", ubicada en Hong Kong, ha dedicado varios artículos a Bo en las últimas semanas, sobre todo desde que, a finales de septiembre, la agencia Xinhua anunció su expulsión del Partido, de forma prácticamente simultánea a la revelación de la fecha de inicio del XVIII Congreso del PCCh (el 8 de noviembre), del que saldrán los próximos líderes chinos.
El doble anuncio -sin vincular ambos temas- y el hecho de que el Congreso se haya pospuesto -se esperaba que comenzara a mediados de octubre- reforzó la hipótesis que apuntaba a que el gobierno tiene intención de cerrar el caso Bo antes del relevo de poderes.
Antes del escándalo, el ex líder de Chongqing era uno de los candidatos con más posibilidades de entrar al todopoderoso Comité Permanente (entre 7 y 9 miembros) durante el Congreso. Ahora la incógnita es si será juzgado, y, en caso afirmativo, de si lo será antes del cónclave, para lo que es determinante la decisión de la Asamblea de los próximos días.
Bo, hijo de Bo Yibo, uno de los líderes militares coétaneos a Mao, se hizo muy famoso en el país por su apego a los valores maoístas, que le valieron el apodo de "El Rojo" en Chongqing, y por los apoyos que aunaba entre el ala más conservadora del Partido y las filas del Ejército seguidoras de su padre.
Esto, unido a la opacidad del régimen y a los muchos claroscuros del caso, sugiere para muchos expertos que su carisma no era del gusto de las figuras más poderosas de la facción liberal (representada por el más que probable nuevo presidente, Xi Jinping), quienes podrían haberse beneficiado de su defenestración antes del relevo.