Los agricultores que se dedican a cultivar árboles frutales que requieren mano de obra intensiva deben continuar presionando a favor de una reforma integral de las leyes de inmigración para asegurar que esa rama de la economía sea incluida en cualquier solución al complicado sistema de inmigración del país, dijeron grupos agrarios a productores del estado de Washington.
Durante una conferencia el martes, la presidenta de la Asociación Estadounidense de Productores de Manzanas, Nancy Foster, dijo como mensaje central que si los productores no pueden podar, recoger, empacar y procesar sus frutas, lo demás no importa.
"El estatus quo es insostenible", dijo Foster en la reunión anual de la Asociación de Horticultura de Washington.
Más de un millón de personas trabajan cada año en huertos y campos en todo el país. Sólo en el estado de Washington, la agricultura da empleo a unas 160.000 personas. Se estima que miles de ellas están ilegalmente en el país y muchos granjeros dicen que la batida contra la inmigración ilegal ha causado una escasez de mano de obra.
Algunos críticos argumentan que los granjeros tendrían más trabajadores si pagasen mejor. Entre los 50 estados, Washington tiene el salario mínimo más alto: 9.04 dólares por hora. Los jornaleros a menudo reciben paga conforme la cantidad de frutas o vegetales que recogen, pero tienen garantizado al menos el salario mínimo.
Sin embargo, un creciente número de granjas acude a programas federales de trabajadores invitados para conseguir jornaleros extranjeros, pese a quejas de que es muy engorroso y caro para ser efectivo. Los granjeros en el programa generalmente deben pagar salarios más altos, además de proveer vivienda y transporte hacia y desde el país.
En el estado de Washington, el gobernador Chris Gregoire ha presionado al gobierno federal para que implemente una reforma de inmigración que incluya un programa viable de trabajadores invitados, protección fronteriza y una vía hacia la naturalización de los trabajadores ilegales.