Quedan pocos minutos para que empiece el amistoso entre la Selección Sub 20 de Chile y Colombia y, por un momento, una escena acapara la atención en el complejo deportivo de Quilín. Pablo Contreras se topa con Gualberto Jara y ambos se dan un efusivo abrazo ante la mirada de los presentes. "Se le ve bien, 'profe'", exclama el ex zaguero, ante la risa del entrenador paraguayo, quien tras dirigir el año pasado a Sol de América, retornó a Santiago.
"Tenía que regresar a Chile. Por algo estoy radicado acá hace 19 años", justifica quien por estos días aguarda algún ofrecimiento para volver a dirigir. "Estoy esperando a que se abra una oportunidad de trabajo", dice.
Es que desde que Jara llegó a Chile, en 1995, quedó encantado del país, donde, como ayudante técnico de Gustavo Benítez en Colo Colo, consiguió tres campeonatos nacionales, una Copa Chile y llegó a dos semifinales de copas internacionales.
Ahí le tocó dirigir a Héctor Tapia, actual entrenador del Cacique, a quien conoció cuando este tenía 17 años.
"Héctor es un chico muy educado, muy inquieto por aprender y seguir creciendo. Eso le hace bien a Colo Colo, más aún si está acompañado de Miguel Riffo, un emblema del club", afirma.
Los elogios hacia el ex atacante van más allá: "Me alegra el trabajo que está desarrollando en Colo Colo. Ojalá logre acortar las distancias con la U", añade.
"¿En qué se parece el actual Colo Colo al nuestro? Quizás en que ambos tienen desarrollada una idea de juego, en la posesión de balón, ambos siempre tratan de salir jugando y defienden en forma ordenada", asevera.
Consultado por las exigencias de Tapia a la hora de pedir refuerzos ("si no llega Paredes prefiero quedarme con lo que tengo", llegó a decir en su momento), Jara explica que "que él se aferre a eso es bueno, lo ayuda mucho pedir sus refuerzos, y también con el paso del tiempo y la experiencia que acumule, se irá colocando a la altura de las situaciones".
Jara, eso sí, matiza las ilusiones albas para pelear la próxima Copa Libertadores. "Para ello Colo Colo tendría que fortalecer las líneas y contar con variantes de jerarquía. Necesita un delantero y laterales", sostiene.