La Oficina de Seguridad Nacional de Guam descartó hoy un hipotético ataque con misiles balísticos de Corea del Norte, tras las amenazas vertidas por Pyongyang de bombardear las bases militares de Estados Unidos en esa isla del Pacífico.

"Quiero tranquilizar al pueblo de Guam de que actualmente no hay amenazas a nuestra isla o las Marianas", señaló Eddie Calvo, gobernador de EEUU para Guam, al diario "Pacific Daily News".

Calvo, no obstante, señaló que ha hablado sobre el desafío bélico con responsables de la Casa Blanca y cargos de militares.

"Un ataque o amenaza contra Guam es una amenaza o ataque contra los Estados Unidos", apuntó el gobernador.

Guam, cuyo estatus es de "territorios no incorporados de los Estados Unidos", se encuentra a 3.430 kilómetros al sureste de Corea del Norte.

Un portavoz del Ejército Popular de Corea del Norte (KPA) informó este miércoles que Pyongyang está "analizando cuidadosamente un plan operativo para un fuego envolvente en torno a Guam con misiles de alcance medio largo Hwasong-12 para contener las principales bases estratégicas de Estados Unidos en la isla, incluida la Base Aérea de Anderson (sic)", recoge por la agencia estatal norcoreana KCNA.

La Base aérea de Andersen, situada en el noreste de la isla, aloja los bombarderos estratégicos B-1B con capacidad nuclear, que ayer volvieron a ser enviados por Estados Unidos a la península coreana, según la agencia Yonhap que cita fuentes militares surcoreanas.

El consejero de Seguridad Nacional de Guam, George Charfauros, aseguró que el Departamento de Defensa estadounidense "supervisa la situación de cerca" y confía en el sistema de defensa desplegado ante estas amenazas, en declaraciones al "Pacific Daily News".

El desafío norcoreano se publica apenas horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtiera al régimen de Kim Jong-un de que "se encontrará con una furia y un fuego jamás vistos en el mundo" si no deja de amenazar a Estados Unidos.

Los anteriores comunicados intimidatorios de Pyongyang condenaban el último paquete de sanciones de la ONU -del que consideran a Washington máximo responsable- en castigo por sus programas de armas y amenazaban con llevar a cabo "acciones físicas" contra territorio estadounidense.

Estas últimas sanciones constituyen el paquete más severo aprobado hasta la fecha, ya que buscan reducir los ingresos de las exportaciones norcoreanas en unos 1.000 millones de dólares / 852 millones de euros (un tercio del total) al año.

Las medidas de la ONU llegan en respuesta al primer misil balístico intercontinental (ICBM) que lanzó en su historia Corea del Norte el pasado 4 de julio, un hito armamentístico al que le ha seguido el lanzamiento el 28 de julio de un segundo proyectil de este tipo.

Las continuas pruebas de armas de Pyongyang han incrementado en los últimos meses la tensión en la península y elevado el tono de la Casa Blanca, donde se insinúa de manera constante la posibilidad de atacar Corea del Norte de manera preventiva.