Pep Guardiola, técnico de Barcelona, suele tener un comportamiento calmado. Pero ayer, en la visita al Copenhagen, por la Liga de Campeones, el DT catalán perdió la paciencia con el histriónico entrenador del cuadro local, Stale Solbakken. Tras el 1-1 protagonizaron una fuerte discusión que, incluso, obligó a la intervención del volante Sergio Busquets, quien los separó, junto con un leve empujón al estratega noruego.
Quizás el 1-1 molestó a Guardiola, pero el enojo entre ambos se originó en el duelo en el que se enfrentaron en Barcelona, cuando el arquero José Manuel Pinto engañó al jugador del Copenhaguen César Santin al hacerle creer, con un silbido, que el árbitro había cobrado fuera de juego. La UEFA sancionó al portero con dos partidos, lo que considerado insuficiente por Solbakken, quien además criticó duramente al jugador.
Ayer, los entremadores se encontraron y tras el saludo protocolar al final del partido, comenzó la discusión. "Pregúntenle a él (Solbakken) lo que ocurrió, él sabe muy bien cómo manipular a los medios... Creo que se ha comportado muy mal ante esta situación", dijo Guardiola a la televisión española.
El técnico catalán explicó su molestia: "Lo que no puede hacer es pedir una sanción de cuatro partidos para Pinto y decir que Pinto es una manzana podrida... En fair play y en saber cómo comportarse, Pinto le gana a él y a muchos más".
En su versión, Solbakken dijo en conferencia que "después de estrecharnos la mano él empezó a decir algo sobre la UEFA, creo que se refería al incidente (con Pinto)... Yo dije que (Pinto) debería haber recibido cinco partidos, fue simplemente una mala broma noruega".
El DT de Copenhaguen agregó que "a lo mejor no entiende el humor noruego, tendré que asumirlo... Realmente respeto a Guardiola, es uno de los mejores entrenadores, pero creo que entendió algo mal".