"Si durante esta temporada no consigo títulos, será un fracaso", declaró hace algunos meses Pep Guardiola en conferencia de prensa. El catalán estaba al tanto de la presión que yacía —y que aún lo hace—sobre sus hombros al tomar el mando del Manchester City. Un equipo millonario que busca consolidarse a nivel internacional.

Sus pergaminos avalaban su llegada a Inglaterra. Ganó todo con el Barcelona, incluido un sextete, y consiguió todas las copas alemanas con el Bayern Múnich. Los trofeos internacionales, no obstante, le fueron esquivos en su estadía en el cuadro bávaro.

Y es que su filosofía atrae. La teoría sobre la posición más que la posesión. El "tiki taka". La capacidad para construir un proyecto desde cero y erigir al City como potencia europea. Txiki Berigistain, director deportivo del cuadro de Manchester, coincidió con Guardiola en Barcelona y creyó que el catalán era el indicado, no Manuel Pellegrini.

Pero fue el chileno quien llegó al equipo Ciudadano en 2013. Pep fue siempre la primera opción, mas estaba comprometido con el Bayern. De ninguna manera la responsabilidad que tenía el adiestrador nacional se reducía por esta circunstancia. El deseo del jeque Mansour seguía siendo el mismo.

La mano del Ingeniero se notó de inmediato en el juego. El chileno gusta del buen toque y los ataques vertiginosos. Touré y Silva se encargaron de crear las ocasiones, mientras que el tridente de Dzeko, Negredo y Agüero llevó al City a ser, en un momento de aquella temporada, el equipo más goleador de Europa.

En ese mismo año el otrora entrenador del Real Madrid los clasificó por primera vez en la historia a octavos de final de la Champions League. Tras eso, obtuvo la Copa de la Liga al vencer al Sunderland. Y para coronar su primera temporada, ganó la Premier League. Nada mal para el primer entrenador sudamericano en ganar el campeonato inglés. Todo esto, con mucho menos equipo.

Tras abandonar a los citizens, Pellegrini dejó en su último año una clasificación histórica a la semifinal de la Champions —en donde perdió con el Real Madrid, que sería campeón— y una nueva Copa de la Liga. Además, el plantel estaba consolidado. La base para el éxito de Guardiola estaba servida.

La libertad de fichaje y decisión que posee el ex técnico del Barcelona hacían pensar que la revolución llegaba al fútbol inglés. Pues todo indica que tendrá que esperar. Guardiola se ha quedado en cero en su primera temporada, con caídas tanto en Champions, Copa de la Liga, FA Cup y al estar sin opciones en la Premier.

Es indudable que un proyecto requiere tiempo para erigirse y triunfar. Hasta ese momento, Guardiola y su fracaso permanecen a la sombra de Pellegrini.