Barcelona sumó una nueva corona en su vitrina. El elenco que dirige Pep Guardiola se impuso por 2-0 al Porto y se consagró campeón de la Supercopa de Europa.

Pero hubo un suceso que marcó el final del partido. Los miles de fanáticos que se trasladaron de Barcelona a Mónaco para presenciar la final, se acordaron de su clásico rival, Real Madrid, y le empezaron a dedicar esta nueva corona internacional.

"Madrid, cabrón, saluda al campeón" o "Madridista el que no salte" se escuchó mayoritariamente después de que Cesc Fábregas consiguiera el segundo gol azulgrana.

Los cánticos se repitieron después del choque, pero Josep Guardiola, el técnico culé, se dirigió a la fanaticada y agitando su índice derecho pidió que no continuáran haciendo esa clase de gritos.

La hinchada blaugrana fue mayoritaria en las gradas del estadio Louis II de Mónaco y celebró con entusiasmo la vuelta de honor que dio el equipo con el trofeo conquistado.