Pablo Guede apuesta a que ésta sea la temporada en la que pueda consolidar la idea futbolística que pretende patentar en Colo Colo. De hecho, la primera novedad que presentaron los albos en el debut en la Copa Chile frente a Deportes La Serena fue la disposición táctica. El técnico estrenó un peculiar sistema, un 3-2-4-1 con el que, en teoría, pretende ejercer presión constante sobre la salida de sus adversarios y favorecer la recuperación rápida del balón para generar, con la misma velocidad y en superioridad numérica, ataques sobre el arco rival.

El plan se quedó en la pizarra. Terminó en bochorno. El guía del proyecto deportivo del Cacique inicia el nuevo y quizás vital proceso, con las mismas dudas que dejó en el ciclo anterior. O más. Sus nuevas ideas pudieron plasmarse muy pocas veces. Casi nunca, en rigor. Y de eso, y de la fragilidad defensiva que los albos siguen mostrando, se aprovechó La Serena, con lo poco que tiene por tratarse de una escuadra de Primera B en relación al equipo que más se reforzó para la segunda parte de la temporada en la principal categoría del fútbol chileno. Sin objeciones, la escuadra de Jaime García se impuso por 4-1.

En el primer tiempo, por ejemplo, pocas veces el Cacique logró sentar la superioridad ofensiva que pretendía y que el partido y el adversario que tenía enfrente le exigía. Los cuatro volantes que dispuso el estratega para tareas principalmente ofensivas (Bolados, Gonzáles, Fernández y Maturana) carecieron de efectividad en la principal tarea que tenían: dejar al único delantero, Esteban Paredes, en posición de remate.

Los papayeros, además, sorprendieron rápido. En los 22', después de un pase de Aníbal Carvallo, el colombiano John Jairo Mosquera batió al debutante Agustín Orión. Si había dudas respecto del nuevo modelo albo, con un gol en contra ante un rival de menor jerarquía, las aprensiones crecían.

El gol en contra, en todo caso, remeció al equipo de Macul, que sólo en la parte final del primer lapso logró inquietar a Pedro Carrizo. El guardameta contuvo de gran forma los dos grandes intentos colocolinos en la primera fracción: un remate de Ramón Fernández y un mano a mano con Bolados.

En el segundo tiempo, Guede modificó el plan. Excluyó a Fernández, de discreto aporte en la primera parte, e incluyó a Rivero como compañero de ataque de Paredes. Ahora, el énfasis iba a estar puesto en el trabajo por las bandas. Sin embargo, el Cacique estaba en pleno proceso de adaptación a la nueva idea cuando sufrió un nuevo golpe: en los 57', un centro de Patricio Rubina encontró la cabeza del defensor Yonathan Suazo. 2-o.

Y, más allá del descuento de Paredes en los 83', el calvario continuó: Osorio cobró un inexistente penal de Meza sobre Venegas y Becica sentenció un 3-1 inesperado. El 4-1 de Mosquera, en posición de adelanto, cerró otra tarde para el olvido del Colo Colo de Guede.