En 1977, a Roberto Gómez Bolaños se le ocurrió filmar tres episodios del programa El Chavo del 8 en Acapulco, con toda la vecindad. En esa época, el balneario del estado de Guerrero era conocido como la "Joya del Pacífico", un lugar visitado por figuras como Elizabeth Taylor, y donde John F. Kennedy y Brigitte Bardot gozaron sus respectivas lunas de miel. Sin embargo, desde hace algunos años todo ha cambiado, y la violencia producto del narcotráfico se ha tomado las calles de las ciudades de Guerrero.

La desaparición de 43 estudiantes en la localidad de Iguala, en el mencionado estado, y el posterior hallazgo de cadáveres en fosas clandestinas han puesto de manifiesto no sólo la violencia que se vive en el lugar, sino también los lazos entre la policía y el crimen organizado. Esto, porque la fiscalía del estado de Guerrero vinculó a la organización Guerreros Unidos a los ataques que sufrieron los jóvenes el 26 de septiembre pasado, que terminaron con seis personas muertas y 25 heridos, además de la desaparición de 43 estudiantes, los que habrían sido subidos a patrullas policiales. Según declaraciones de varios de los detenidos por esos hechos, el director de Seguridad Pública de Iguala, Francisco Salgado, ordenó a los policías desplazarse hasta el lugar donde estaban los estudiantes, mientras un líder de Guerreros Unidos, apodado "Chucky", ordenó detenerlos y eliminarlos.

El 5 de octubre, el fiscal de Guerrero, Iñaky Blanco, indicó que la Policía Municipal estaba infiltrada por esa agrupación criminal, que surgió en 2011 como una escisión del cartel de los hermanos Beltrán Leyva. En este contexto, fuentes policiales dijeron ayer a la agencia EFE que el presunto líder de la organización criminal Guerreros Unidos en el estado mexicano de Morelos, Benjamín Mondragón, "se suicidó" para no ser capturado. La falta de respuestas sobre el paradero de los estudiantes ha provocado diversas protestas ciudadanas, que el lunes se tradujeron en violentos disturbios, que terminaron con el incendio de la alcaldía de Chilpancingo y edificios de gobierno de esa ciudad, a la que pertenecían los jóvenes.

Según informes de inteligencia de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) y datos de la Procuraduría General de la República (PGR), obtenidos por el diario El Universal, en Guerrero operan cuatro organizaciones criminales. Sin embargo, hay también células que han migrado del narcotráfico a la extorsión y el secuestro.

El diario señala que Guerrero es un punto nodal para el traslado de la droga, debido a su ubicación geográfica, sus colindancias con varias entidades del país y las múltiples vías de comunicación con las que cuenta. Es estratégico para estos grupos criminales. De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Guerrero fue el primer lugar nacional de homicidios dolosos en 2011. La tasa por cada 100 mil habitantes se ubicó en 62, aumentó a 66 al año siguiente y en 2013 se redujo a 59 asesinatos.