El proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) inicia hoy su retirada del suelo turco, en lo que se considera un nuevo paso decisivo en un proceso de paz que deberá poner fin a casi tres décadas de una guerra no declarada entre el Gobierno de Turquía y esa guerrilla separatista.
Se espera que el comienzo de la retirada, anunciada previamente el pasado 25 de abril y que de momento no incluye el abandono de las armas, sea discreto y presidido por el secreto.
"No va a pasar nada extraordinario. Las fuerzas de seguridad estarán de servicio las 24 horas", explicó ayer el ministro del Interior, Muammer Guler, que insistió en que este miércoles va a ser un día como cualquier otro.
Selahattin Demirtas, presidente del partido pro kurdo BDP, ha asegurado que los guerrilleros (se calcula que unos 3.000 operan en suelo turco y otros 2.000 se encuentran en sus bases del norte de Irak) tardarán entre tres y cuatro meses en instalarse por completo en el norte de Irak.
Pero el político advirtió de que el Estado y el Ejército tienen que ser cuidadosos durante la marcha de los rebeldes.
Según la dirección militar del PKK, la retirada se producirá "de forma ordenada y como estaba planeado".
No obstante, en un comunicado publicado el martes, el PKK ha advertido de que las maniobras militares del Ejército en el sur de Turquía "pueden afectar negativamente el proceso y desembocar en provocaciones".
El Gobierno turco ha dejado claro que sus fuerzas no actuarán contra los rebeldes, pero que tampoco reducirán su presencia en las regiones del sureste de Turquía, donde se concentran la minoría kurda y los combates con la guerrilla.
Para el jefe del Gobierno, Recep Tayyip Erdogan, esta jornada no tiene tanta importancia para el proceso de paz como el esperado abandono de las armas en el futuro.
Esta retirada es parte de las negociaciones entre Abdullah Öcalan, el líder histórico del PKK, encarcelado desde 1999, el BDP y el servicio de inteligencia turco, orientadas a acabar con un conflicto que desde 1984 ha causado ya 45.000 muertos.
El PKK es considerado un grupo terrorista por Ankara, la Unión Europea y Estados Unidos.