A juicio de Guillermo Le Fort, economista de la U. de Chile y miembro del GPM, el reporte del tercer trimestre de las Cuentas Nacionales entregado por el Banco Central, no entrega señales de reactivación económica, y afirma que un pequeño mayor crecimiento en 2017 sería por "una razón casi mecánica".
¿Cómo se podría ver una mejoría en el crecimiento el próximo año?
Me parece que la postergación de las inversiones deberían empezar a acabarse luego que se pueda vislumbrar un escenario político algo más claro. Esto, incluso si no hay expectativas de un panorama "ideal" en este sentido. Además, diría que estamos viendo el fin de la contracción de la inversión minera, con lo que alcanzaríamos un crecimiento del PIB de 2,1% en 2017.
Eso efectivamente no sería un repunte relevante.
Es que el tercer trimestre de este año no entrega mayores sorpresas respecto de lo que venía siendo la evolución de la economía. Hay una demanda interna bastante débil, que crece sólo 0,8%, mientras la formación bruta de capital fijo vuelve a caer tras un par de trimestres positivos. Este resultado confirma que tendremos un año más de caída en la inversión.
¿Hay riesgos en la esperada recuperación de las confianzas internas?
Diría que hay un tema complejo con la confianza, junto a un problema por la calidad de las políticas públicas que se implementaron en esta administración. La reforma tributaria es un buque insigne en esto, donde hay cierto consenso que debe volver a reformarse.
¿Queda un rol relevante aún para el ministro de Hacienda en este sentido?
La labor del ministro Rodrigo Valdés ha sido muy adecuada en el sentido de minimizar las pérdidas, pero dado el contexto político actual, me parece poco posible o probable que se emprendan reformas adicionales que son necesarias. Para el próximo gobierno quedará la reforma previsional, y también en el ámbito laboral es necesario revisar un posible impulso a la participación femenina, entre otros.
¿Y qué rol podría jugar la política monetaria en este escenario de mayor desaceleración?
Para el Banco Central se genera un momento complicado, que requerirá mucha flexibilidad y visión de futuro. Existe una alta incertidumbre por las políticas que puedan implementarse en Estados Unidos, que podría desencadenar un incremento alcista relevante en la tasa de interés de la Fed. Con todo, de no mediar este escenario, el ente emisor podría perfectamente iniciar el 2017 con una baja en la tasa de política monetaria y luego cerrarlo con un alza.