Guillermo Luksic habla de su estilo de negocios y de los planes para la sucesión
El director de Quiñenco habló desde los recuerdos de su padre (Andrónico) y realizó proyecciones de las nuevas generaciones de la familia, que según Forbes alcanza una fortuna de US$6.000 millones.
A los 55 años, Andrónico Luksic Abaroa entregó el mando a sus hijos Andrónico, Jean Paul y Guillermo. Este último, que con 53 años encabeza Quiñenco, anticipó hace unos días, en el programa Estudio del Líder de Canal 13 Cable, que su generación "lueguito va a pasar a retiro". Aquí, un extracto de sus palabras.
RECUERDOS DE SU PADRE
"Nuestras raíces datan del 1800. La nuestra, por el lado de los Luksic, era una familia de pescadores y agricultores, muy humilde. Y eso no se pierde nunca. Uno nace en una génesis muy difícil de cambiar, los genes vienen empapados de una forma de ser relacionada con la sencillez".
"En el período en que mi padre enfermó de cáncer conversamos mucho. Me juntaba con él prácticamente todos los días. A veces no hacíamos más que tomarnos la mano y quedarnos en silencio... Lo último que me dijo fue: "Hijo, nunca olvides que la fuerza la hace la unidad. Tienen que respetarse y ojalá que esto que hemos creado no se pierda. Para eso, la unidad es absolutamente fundamental".
"Cuando recién comencé le dediqué muchas horas al trabajo y, por ende, llegaba tarde y no veía a mis niños. Pero la ley de las compensaciones, en la vida, funciona, lo que importa es cómo es uno con sus hijos. Mi padre, en vez de separar el trabajo de la familia, nos incorporó a los negocios desde pequeños. Nosotros, lejos de jugar a la bolitas, íbamos con él a buscar minerales. Hoy día ese es un gran recuerdo".
"Su mayor adhesión a la religión vino con su descubrimiento de la responsabilidad social, algo que un empresario nunca debe olvidar . El se encargó de decirnos que había descubierto el valor de hacer que el bienestar que Dios nos dio, y que nuestro trabajo ayudó a crear, no era sólo para tener bienes materiales. Al final, cuando uno se va, se lleva lo que ha dado, no lo que ha recibido".
DEFINICIONES EMPRESARIALES
"Hay dos tipos de líderes: los de fuerza y los de intelecto. De los primeros, hay muchos ejemplos: hay Hitler, Nerones, Napoleones, gente tremendamente individualista y arrogante. Napoleón, de hecho, tuvo su Waterloo. Pensar que uno es Dios y que puede hacerlo todo, es el mayor error que se puede cometer".
"Uno tiene la obligación de rodearse de las personas más capacitadas, de gente que tenga la capacidad de decirle a uno cuando está equivocado. Porque a veces uno se equivoca. Y esos son los líderes más valiosos: aquellos que con mucha humildad son capaces de acoger ideas mejores que las propias y que al final del camino toman decisiones más pensadas, analíticas y exitosas".
"A mí, la verdad, me fascinan los negocios, es una cosa genética, aprendida. Me fascina lo que hago y gracias a Dios y la Virgen lo he hecho más o menos bien".
"Uno hace las cosas porque le gusta y porque es lo único que sabe hacer, no por obligación ni por ser más rico".
"Mi abuela Helena era buenísima para ahorrar. "El que guarda siempre tiene, mijito", me decía en su acento medio boliviano. La primera condición para hacer cosas en la vida es ahorrar".
"Todo en la vida supone un riesgo y en los negocios eso es exactamente igual. Yo creo que equivocarse no es un problema, pero cuando uno se equivoca hay que saber cambiar de decisión. Pero lo que no hay que hacer es no tomarla".
EL INGRESO DE LA TERCERA GENERACION
El grupo tiene definida su carta de navegación para el futuro, una ruta que dejó por escrito el patriarca Andrónico Luksic Abaroa, y que incluye el traspaso paulatino del mando a la tercera generación, un tema sobre el cual el presidente de Quiñenco entregó algunas luces.
"Normalmente los padres se apernan con una llave inglesa al asiento del líder y no delegan hasta que mueren. Los hijos crecen a su sombra, sin oportunidad de tomar una decisión, ni de enfrentar los problemas y nunca arreglan nada. Pero el nuestro no fue un caso normal".
"Cuando mi padre cumplió 55 años -yo tengo 53 hoy- nos dijo: "toda mi vida he hecho más lo que debo que lo que he querido. A estas alturas he juntado un patrimonio importante y quiero hacer lo que me gusta: irme a Londres, dar un paso hacia afuera, ver un poco más el mundo". En ese acto nos traspasó su patrimonio en propiedad y manejo. Yo, en esa época, tenía 24 años; y mi hermano Andrónico, 25. Al principio nos dio bastante susto, pero tuvimos que hacerlo no más, porque el caballero tomó sus maletas y antes de irse nos dijo que no lo llamáramos para pedir ningún consejo, porque él consejos no daba".
"Cuando un padre actúa de esa forma, sus hijos se acostumbran a las responsabilidades, a tomar decisiones, a tener aciertos y errores".
"Mis hijos ya están más crecidos y, tratando de imitar lo que mi padre hizo, también los he incorporado a las cosas nuestras, al igual que a mis sobrinos, de modo que yo creo que esta generación que les habla lueguito va a pasar a retiro y le dejará espacio a la generación joven, que es lo lógico, para que aprendan a resolver, a tomar sus decisiones y a seguir creando desde muy jóvenes".
CONSEJOS PARA EMPRENDEDORES
"Mi padre era un hombre que buscaba trabajar en equipo, regla número uno para ser un líder exitoso.... (Además) él siempre decía que la suerte es un elemento muy importante a la hora de hacer negocios, no solamente la imaginación o el trabajo duro.
Si él estuviera aquí les diría:
Que crean mucho en ustedes mismos; Que tengan confianza en sus habilidades y adonde su imaginación los lleve; Que apliquen un arduo trabajo a aquello en lo que creen, porque nada es imposible y todo se logra en la medida en que uno crea en sí mismo; Y que sean tremendamente sencillos en sus costumbres, porque la única manera de hacer un patrimonio, crear un capital y luego ser emprendedor, es ahorrando".
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